En la historia de las personas, de las instituciones, de las naciones hay momentos llenos de calamidades. Por causas no conocidas se reunieron en los días pasados hechos nada gratos para el gobierno de la república mexicana y desde luego para los grupos y las familias afectadas por esos hechos. Va una lista arbitraria de calamidades presentes la semana pasada
El gran barco insignia “Cuauhtémoc” con cientos de cadetes y marineros a bordo, en viaje por New York tuvo un accidente raro: Al salir del muelle del río Hudson, quienes lo conducían, perdieron el control, y el buque insignia de la Marina mexicana estrelló tres de sus mástiles en el puente de Brooklyn. El saldo, aparte del daño al barco, fueron 2 personas muertas y no menos de una veintena con heridas, algunas de gravedad.
La coordinadora nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) después de un plantón en el zócalo de la ciudad de México, iniciado el 15 de mayo, día del maestro, rechaza el trato que les ofrece el gobierno, y sitian el Palacio de Gobierno presidencial y se declaran en protesta permanente hasta que sus peticiones sean concedidas. El asunto sigue en píe.
El gobierno de los Estados Unidos de América (USA) cancela la visa de la gobernadora de Baja California, estado fronterizo con California (USA) y asiento de dos pasos fronterizos muy importantes: Tijuana y Mexicali. Cero explicaciones. Cero protesta oficial mexicana. Mil especulaciones. Tercer punto conflictivo en el país.
Dos personas son asesinadas en su auto. Dos distinguidos y muy importantes de la oficina de la gobernadora de la ciudad de México. A sangre fría en un operativo de alto nivel.
Y para acabar lo que parece apenas comenzar, el gobierno de USA pide permiso a las autoridades mexicanas para ayudarles, con efectivos policiales de alto nivel, en la lucha contra el crimen organizado en territorio mexicano. Respuesta negativa y señales de insistencia de parte del país del norte.
Cinco temas de la más alta prioridad para las autoridades mexicanas de la presidencia para abajo. Sin duda es un conjunto pocas veces visto; un reto para las decisiones de altísimo nivel en muy corto espacio. ¿Crisis? Quizá mejor un buen gran reto. Levantarse de un 5 – 0 sólo el Barcelona. Confiemos en la hazaña.
Una especie de melaza pegajosa y de mal olor parece unir a estos retos. La elección de jueces. Un desastre cantado tiempo atrás y por eso ya estarán listos los paños para cubrir las posibles heridas. Una buena idea echada a perder por el pésimo proceso legislativo autoritario, seguido de manipulaciones, protestas, correctivos sin sentido, austeridad de explicaciones públicas, necesaria, con unos efectos de desorden y otros de confusión. Todos esperamos que el gobierno tenga preparadas las medidas adecuadas para que el ejercicio resulte, primero, un gran aprendizaje de qué no volver a hacer; luego, que surja la manera de corregir lo que salga mal lo más pronto posible; y al resto, entre otras cosas el resultado, se le exija desde el primer momento la detección de los defectos y las situaciones productoras de dificultades e incluso aquel contenido de las nuevas leyes identificado como ya insostenible, removerlo. Un chiste sin ideas detrás, una risa aprobatoria para golpear a la oposición y ahora un esperpento, tan malo, que ni siquiera asusta, y sí, lastimará feo, si no se atienden las equivocaciones.
Así, las calamidades reunidas. Esperemos las medidas necesarias para atender cada reto, para mantener la calma necesaria para apoyar a las autoridades en su obligación de ordenar y mantener ordenada la vida pública, con todos los elementos que le proporcionan las leyes, la historia y las experiencias de los antecesores y sus propios gestos para apagar los fuegos.
Las calamidades reunidas tienen aspectos más horribles, poco a poco sumándose a los defectos iníciales señalados con énfasis por la oposición y la ética del buen gobierno. Frente a esa realidad se opone otra esperable, no imposible y sí, más compleja: la de las decisiones republicanas, democráticas y libres. Hoy es un buen día para empezar.