¿Dónde está el negocio? En México hay más de 38 millones de vehículos que consumen cerca de 120 millones de litros de gasolina diario. Además contaminan con más de 300 mil toneladas de dióxido de carbono equivalente (tCO2e).
Entre 65 y 70 millones de litros de gasolina de la gasolina que se consume son importados. La empresa estatal introduce al mercado entre 70 y 75 por ciento del total. Esto indica que México depende de las refinerías de Estados Unidos.
Primero hay que comprender que la gasolina no es un producto que sale de forma natural de un yacimiento petrolero. Es un derivado del proceso de una destilación que ocurre en una refinería, la cual está conformada por distintos procesos de mejora dentro de ésta y cuyo objetivo es tener un producto para utilizar en un motor.
La gasolinera debe cumplir con ciertos requerimientos y con las normas de cada país. En México está regulada bajo la NOM-016 de la Comisión Reguladora de Energía (CRE). Toda gasolina importada, comercializada y distribuida debe cumplir la norma para venderse en las más de 13 mil 769 estaciones de servicio a las que tiene el consumidor.
El costo de refinar un litro de petróleo crudo en México para obtener un litro de gasolina, fluctúa entre 5 a 5.50 pesos y que, al comparar con las refinerías del vecino del norte, es 2 a 2.5 veces mayor el costo, lo que demuestra que tenemos una ventaja competitiva debido a que el petróleo crudo que entra al sistema de refinación mexicano es barato comparado con el usado en Estados Unidos, pero cuya calidad no ayuda a las refinerías por ser pesado, con un alto contenido de azufre y otros componentes que generan la necesidad de invertir en procesos para obtener productos libres de azufre y con buena composición para su quema en las cámaras de combustión de los motores.
Entonces, como primer cálculo, para la conformación de precio unitario podemos indicar que el primer costo de salida es el observado en las terminales de almacenamiento, privado o de Pemex, en los cuales está integrado el precio de salida de las refinerías mexicanas o el importado en forma legal, y en ambos incluye el costo del barril usado para la refinación.
Aquí es donde está el verdadero negocio y donde está la base inicial para el precio final de la gasolina, el mercado para cada consumidor, que tiene que pagar para llenar el tanque de su automóvil. Aquí existe una parte mercenaria, que da lugar al desequilibrio del mercado y que depende de legalidad, ética y profesionalismo de quien comercializa o distribuye en todas las estaciones de servicio. En este punto surge la primera incertidumbre en México. ¿Existe gasolina de buena calidad?
Aquí empieza la honradez del que importa o produce a la gasolina. Pemex venderá sus productos a empresas que comercializan o distribuyen de forma correcta y con calidad a las estaciones de servicio, y la certeza de que el producto cumple con los requerimientos legales de su trazabilidad, y éstas últimas exigen que se cumpla a cabalidad lo anterior.
El precio de salida en cada terminal de almacenamiento dictamina si el precio es legal o ilegal. Debido a que puede haber algunos centros de almacenamiento, que no tengan el permiso otorgado por la CRE para operar como comercializador o distribuidor.
En la actualidad existen alrededor de 252 permisos de distribuidor otorgados por la Comisión Nacional de Energía (CNE), cuya característica principal es tener centros de almacenamiento y un sistema de logística propio o rentado. Es a través de estos, y en conjunto con Pemex, como venden de forma directa al mercado, mediante una comercializadora o directo a las estaciones de servicio; 26 de estos permisos son de distribuidores asociados con Pemex, que es un socio estratégico para la distribución de combustibles a escala nacional y almacena 42 millones de litros. Estos permisos corresponden a empresas que comercializan de manera legal productos que la empresa estatal obtiene de la importación de gasolinas o de su producción propia. En total, 11 permisos pertenecen a empresas como Arco, Valero y ExxonMobil, mientras que 123 son a firmas independientes que ofrecen sus servicios al mercado.
La pregunta para la CNE es: ¿cuántas empresas o lugares existen sin permiso?
El número de los que operan en la clandestinidad generan distorsión del mercado, pues crean una competencia desleal en el precio de salida u ofrecen un precio por debajo del legal; al no estar dentro de las regulaciones oficiales dan lugar a una distorsión y no saber la trazabilidad que tienen. Es una pregunta que la nueva comisión deberá responder, hacer una supervisión con todas las instancias gubernamentales donde haya indicios de almacenamiento de hidrocarburos o productos derivados que no cumplan con los permisos en medioambiente, almacenamiento, calidad y, sobre todo, origen de procedencia de la gasolina.
Hoy, en el mercado de las terminales de almacenamiento y ante la regulación vigente, el precio de la gasolina está por debajo de 24 pesos por litro, lo que ha contraído el total de este mercado en alrededor de 200 millones de pesos diarios, debido a que el precio de salida de las terminales, sin contabilizar el IEPS e IVA era de 13.12 pesos por litro en enero, y ha bajado a 11.50 pesos. Esta variación de 1.62 pesos por litro proviene, en primera instancia, a que el precio del barril ha disminuido en los últimos meses y debido al cambio realizado por parte de la empresa del Estado para ayudar a alcanzar el objetivo del precio máximo colocado por las políticas públicas para el corto plazo. La empresa está absorbiendo esta disminución, entre 1 a 1.30 pesos, y esto se observa en la caída en los ingresos reportados por Pemex en el primer trimestre de 2025. ¿Pemex subsidia la gasolina hoy?
Es importante que la Secretaría de Energía (Sener), la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y la CEN, en conjunto con Pemex, puedan establecer una trazabilidad de cada litro vendido en las estaciones de servicio, basado en la credibilidad física y en el papel fidedigno, lo que le da certeza al consumidor.
El problema no radica en los distribuidores con permiso, sino en los que comercializan el producto en forma legal y cuya responsabilidad y objetivo debe ser entregar un producto de buena calidad y que todo esté en regla ante todas las instancias reguladoras.
La gasolina tiene un alto peso en la economía mexicana debido a que gran parte de la movilidad de las personas depende de ésta. De forma legal, en las estaciones de servicio, las ventas diarias fluctúan entre 2 mil 800 y 3 mil millones de pesos, de los cuales entre mil y mil 200 millones de pesos son de IEPS e IVA.
Ante toda esta cantidad de peculio, es un negocio para todas las partes de la cadena que la conforman, en el precio unitario y por el que paga el consumidor en cada litro.
Conclusión: la nación ha forzado a Pemex a subsidiar la gasolina, absorbiendo costos que ya habían sido reconocidos, y ahora la empresa tendrá una disminución en su flujo operativo y en su utilidad bruta operativa.
La única opción para no bajar los ingresos de la empresa es que toda la gasolina proceda de manera lícita, que la CNE revise todos los permisos de comercialización, distribución, transporte y todos los que influyan en la operatividad de la cadena del mercado de combustibles para dar certeza y piso parejo al mercado ante lo ilícito que se ha vuelto lícito.