La realidad en México es que el país o transitará hacia una fusión nuclear o seguirá siendo un país de tecnologías básicas en el futuro. Para no serlo deberá permitir una mayor inversión del sector privado o una mezcla con lo público, bajo leyes más acordes a la realidad geopolítica energética del futuro. De no hacerlo, quedará excluido y será parte de los países que más contaminan el planeta y con pobreza energética.
El país debe comprender que la transición energética estará basada en cómo dejar de utilizar los combustibles fósiles y la electrificación del mundo en casi todas sus actividades; los países están invirtiendo en energía infinita a través de renovables, en una primera fase, y para una segunda, por medio de la creación desde el origen atómico.
En la actualidad, para transitar a la generación de electricidad infinita, el gas natural será la base. Hoy este compuesto se utiliza en más de 25 por ciento a escala mundial para generar este tipo de energía; en México es 60 por ciento. Pero ante la falta de certidumbre en el futuro de este combustible fósil, estamos viendo cambios radicales sobre la implementación de una mayor cantidad de reactores nucleares en el planeta.
La energía nuclear, por medio de la fisión de elementos como el uranio libera calor, que se usa para calentar agua y producir vapor, el cual mueve turbinas que generan energía eléctrica. Siendo una fuente de energía continua y limpia, sin emisiones de gases de efecto invernadero.
De acuerdo con información de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por su sigla en inglés), indican que en el mundo existen actualmente alrededor de 417 reactores nucleares, con una capacidad eléctrica neta total de 380 mil MW.
El total de reactores instalados en el mundo están distribuidos de la siguiente forma:
-167 Europa
-111 América del Norte (EU-Canadá)
-98 lejano Oriente
-32 Oriente medio
-7 América Latina (2 México)
-2 África
Estados Unidos tiene el mayor número de reactores, de acuerdo con datos del mes de abril de IAEA, con 94; le siguen China (57), Francia (57), Rusia (36), Corea del Sur (26), India (21), Canadá (17), Ucrania (15), Japón (14), Reino Unido (9) y España (7). Todos estos países representan 85 por ciento del total de los reactores instalados en el mundo. EU tiene 23 por ciento del total a escala mundial.
El reactor que más se utiliza es el de agua a presión (PWR); de estos existen alrededor de 307 instalados y representan 74 por ciento del total. Este reactor calienta el agua, pero no la hierve. Esta agua caliente se intercambia al calor con un sistema de agua a menor presión y se convierte en vapor impulsando a una turbina para generar la electricidad.
Los dos reactores instalados en México son del tipo que ponen al agua a hervir (BWR). Los cuales, según el comparativo con los PWR, son menos estables, menos seguros y el núcleo del reactor es más grande y requiere más barras de control. De los reactores instalados en Estados Unidos, 70 por ciento son del tipo PWR.
Ante los cambios geopolíticos, y sobre todo para tener el control energético, muchos países están apostando por la fisión nuclear, y para realizarla dependen, en gran parte, de tener el control de la cantidad de uranio adecuado para sus plantas, ya sea que provengan de su subsuelo o de otros países.
El uranio tiene una alta energía. Se considera una fuente no renovable, a pesar de ser un metal común en rocas de todo el mundo. Las centrales nucleares utilizan un tipo específico de uranio, denominado U-235, porque sus átomos se descomponen fácilmente. Aunque el uranio es aproximadamente 100 veces más frecuente que la plata, el U-235 es raro.
Durante la fisión nuclear un neutrón colisiona con un átomo de uranio y lo divide, liberando una cantidad considerable de energía en forma de calor y radiación. También se liberan más neutrones cuando el átomo de uranio se divide. Estos neutrones continúan colisionando con otros átomos de uranio y el proceso se repite una y otra vez. Esto se denomina reacción nuclear en cadena. Esta reacción se controla en los reactores de las centrales nucleares para producir la cantidad de calor deseada.
Es por este tipo de energía para producir electricidad en el futuro, y ante los cambios actuales, que el congreso de Estados Unidos autorizó impulsar la producción nacional de uranio como parte de sus esfuerzos para incentivar un “renacimiento” de la energía nuclear en este país. Derivado de una mayor demanda de electricidad en el sector industrial, y ante la creciente adopción de la inteligencia artificial en todo el mundo. Además de apoyar a las empresas interesadas en desarrollar pequeños reactores nucleares modulares, así como reactores tradicionales de mayor tamaño.
Hoy en el mundo existen en construcción alrededor de 61 reactores, de los cuales 28 están en China, y serán del tipo PWR. Estados Unidos no está construyendo ningún reactor.
Ante el desarrollo tecnológico realizado por algunas naciones, el mundo espera que en unas tres a cuatro décadas este tipo de reactores puedan sustituirse bajo la división de los átomos y pasar a la llamada fusión nuclear.
Los proyectos de energía nuclear bajo la fusión provienen de la combinación o fusión de átomos, para formar uno más grande, generando así energía, algo en lo que todo ya está en marcha. Su creación ha sido un éxito a nivel laboratorio. Si la fusión nuclear se pudiera replicar en el mundo a escala industrial podría proporcionar energía limpia, segura y asequible, prácticamente ilimitada para satisfacer la demanda mundial. ¿Puede ser el fin de la crisis energética en el futuro?
China ya dio un paso rápido debido a que está gestionando la construcción de la primera planta de energía híbrida de fusión-fisión del mundo, y ya están en marcha los esfuerzos de la recaudación de los fondos para el proyecto.
Un reactor híbrido de fusión-fisión busca utilizar la energía de las reacciones de fusión para dividir los átomos en material fisible en su núcleo, utilizando la fusión como un combustible estable para impulsar reacciones de fisión de alta energía, como detalla Power Technology.
Estos sistemas híbridos pueden utilizar los combustibles de deuterio y tritio, abundantes en el planeta, para la reacción de fusión, lo que reduce la necesidad de los materiales menos disponibles que se utilizan en la fisión nuclear. Se espera que este proyecto de Xinghuo genere 100 megavatios.
¿A todo esto, México dónde queda? La nación asigna recursos públicos al sector energético de mil 85 de miles de millones de pesos (55 mil millones de dólares), y solo en investigación de materia nuclear no más de 700 millones de pesos anuales (35 millones de dólares), lo que deja al país fuera de la energía infinita en el futuro. Es decir, dependeremos de todo lo que necesita el sector energético, como hoy, de la importación de tecnología, y que la CFE tenga el recurso necesario para su adaptación. Nos quedaremos con plantas para generar electricidad con base de gas natural, y con tecnología del tipo hidroeléctricas, eólicas y solar cando el mundo pueda eliminar a todas estas en el futuro.
México obtuvo una prórroga para la licencia de operación de Laguna Verde, hacia 2055 podremos aprovechar esta instalación para mutar a fusión.
México, por tanto, ante la falta de una política energética clara, en el futuro continuará sin tener soberanía, autosuficiencia e independencia, al no saber cómo ser parte del mundo energético.
