Política

¿Nuestra salvación? Pues… ¡Wall Street!

Justin Trudeau y Claudia Sheinbaum no se privarán de presumir su pírrica victoria frente al supremo hostigador mundial. Son políticos, después de todo, y deben responder a sus electores. Dispusieron, cada uno por su lado, estrategias enteramente diferentes: el canadiense, en plan peleón, adoptó un tono firme que muy seguramente no complació nada a Trump. La presidenta mexicana, por su parte, fue más prudente y estableció un compás de espera –el próximo domingo— para dar respuesta, en la arena pública, a la imposición de los perniciosos aranceles.

En toda lógica, Canadá no hubiera debido beneficiarse del periodo de gracia otorgado por el mandatario estadounidense. Ocurrió, sin embargo, que ambos países se libraron del castigo, así sea que la espada de Damocles siga pendiendo sobre sus pescuezos y que la amenaza de las tarifas provoque una gran incertidumbre.

Vistas las cosas, ¿qué fue lo que hizo inclinar la balanza en Washington? Pues, miren ustedes, los mercados financieros irrumpieron en el escenario: el índice Dow cayó 650 puntos luego del anuncio de las tarifas, el S&P 500 registró las mayores pérdidas en un día desde el comienzo del año y en lo que toca al Nasdaq Composite, se encuentra seis unidades por debajo del valor que tenía antes de que Trump tomara posesión.

No hay una relación estrictamente directa entre los valores bursátiles y el bienestar económico. Las acciones de una corporación pueden subir luego de que sus consejeros decidan, digamos, recortar puestos de trabajo o cerrar una de sus plantas industriales. El impacto social de tales medidas será devastador mientras que los accionistas, por el contrario, habrán de paladear sus ganancias. Pero Trump no gobierna para la clase trabajadora, así sea que su discurso populista haya encandilado a grandes sectores de la población.

Justamente, la arremetida de Elon Musk para suprimir decenas de miles de empleos en el aparato gubernamental –y los consecuentes ahorros que resultarían de tan brutal recorte— tiene un componente compensatorio en tanto que uno de los propósitos de Trump y su corte de plutócratas es reducir impuestos a los más ricos.

No parece, de tal manera, que el habitante de la Casa Blanca pueda desentenderse con total desenfado del efecto que tendrán sus aranceles en el universo empresarial y en los inversores, más allá de que muchos economistas, evocando la gran depresión de 1929, hayan lanzado señales de alarma avisando de que esas tarifas serán catastróficas para el comercio mundial.

Y, en efecto, echó marcha atrás el hombre: los productos de México y Canadá no pagarán aranceles, por el momento. Parece una comedia, un mal chiste, el errático comportamiento del hombre más poderoso del planeta, pero el hecho es que sus decisiones están teniendo derivaciones muy reales y concretas en el espacio económico.

Trudeau y Sheinbaum no son quienes frenarán los impulsos del sujeto. Wall Street sí lo hará.


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Román Revueltas Retes
  • Román Revueltas Retes
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  • Violinista, director de orquesta y escribidor a sueldo. Liberal militante y fanático defensor de la soberanía del individuo. / Escribe martes, jueves y sábado su columna "Política irremediable" y los domingos su columna "Deporte al portador"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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