En 2014, siendo senador por Chiapas, invité a México a Thomas Piketty para presentar su libro El capital en el siglo XXI (FCE, 2014); en ese entonces hablamos de cómo la concentración de riqueza puede tener un impacto significativo en la desigualdad entre regiones de un mismo país, especialmente si los beneficios del crecimiento económico no se distribuyen de manera equitativa. Piketty en su libro señala: “La historia de la distribución de la riqueza ha sido siempre profundamente política y no puede reducirse a puros mecanismos económicos”.
Quizá desde esa perspectiva es como podríamos entender al Estado de México, marcado históricamente por una diferencia construida entre regiones, principalmente el centro y la periferia, de manera particular, el oriente del estado.
De acuerdo con el informe Población y desigualdad en el Estado de México (Coespo, 2019), “las zonas del Estado de México fueron configuradas mediante una fuerte diferenciación espacial ligada a la capital del país; por un lado, la zona poniente tendió a un mayor desarrollo ligado al esquema de suburbio de clase media derivado de la época de bonanza ligada al periodo llamado ‘milagro mexicano’, mientras que el oriente tendió a una urbanización precaria, a mantener condiciones de pobreza y hacinamiento que impiden el pleno goce de los derechos de los ciudadanos que ahí habitan”.
Por eso desde el primero de octubre de 2024, cuando la presidenta Claudia Sheinbaum asumió su mandato, anunció la creación de un programa especial para atender a 10 municipios del oriente mexiquense: Tlalnepantla, Nezahualcóyotl, Chalco, Chicoloapan, Chimalhuacán, Ecatepec, Ixtapaluca, La Paz, Texcoco y Valle de Chalco Solidaridad.
De acuerdo con el Inegi, en su conjunto estos municipios representan 6.2 millones de habitantes. Si los entendiéramos como un estado de la República, serían el séptimo más poblado. Si los abordamos desde la perspectiva económica, solo Ecatepec y Tlalnepantla representan más del 20% de la actividad económica del Estado de México. Si los vemos desde el indicador de derechohabiencia ante el IMSS, en estos 10 municipios el 60% de su población está afiliada al Seguro Social.
Sin embargo, en esta región del país se concentra lo que la gobernadora Delfina Gómez ha resumido en un concepto bien estudiado y definido: pobreza urbana; una forma de exclusión social, una pobreza que se concentra en la falta de a servicios públicos.
Por eso, el domingo 4 de mayo desde Tlalnepantla la Presidenta anunció que este programa se llamará: “Amor con amor se paga”, por todo lo que la región ha aportado al desarrollo del país, e informó las acciones que las instituciones del gobierno de México desarrollaremos durante el sexenio.
Serán más de 48 mil millones de inversión en materia de vivienda, educación, seguridad, transporte y alumbrado público, cuidado infantil, así como en obras de agua potable y drenaje para garantizar el bienestar de las personas.
En el caso del sector salud, desde el Instituto Mexicano del Seguro Social construiremos dos nuevos hospitales: uno en Chimalhuacán y otro en Ciudad Nezahualcóyotl. Además, rescataremos dos hospitales que comenzaron a construirse y luego fueron abandonados por el Seguro Popular: el Hospital Oncológico de Ecatepec y el Municipal de Chicoloapan.
Adicionalmente, construiremos una unidad médica de primer nivel y un Centro de Educación y Cuidado Infantil del IMSS en cada uno de estos municipios. También rehabilitaremos unidades, compraremos más equipo y contrataremos a más personal de salud.
En el segundo piso de la Cuarta Transformación la política sirve para romper con las desigualdades que señala Piketty. La Presidenta lo ha dicho así: cuando la economía apoya al que menos tiene, a todo el país le va a mejor.
