Policía

Penal de Aguaruto: la otra guerra que también se libra tras los muros en Culiacán

Desde fiestas con capos hasta fugas espectaculares por túneles y camiones, el penal de Aguaruto ha sido reflejo del poder que el crimen organizado mantiene dentro del sistema carcelario de Sinaloa.

El Centro Penitenciario de Aguaruto, en Culiacán, Sinaloa, ha sido durante décadas más que una prisión: un microcosmos del poder criminal que opera dentro de los muros con la misma o mayor libertad que fuera de ellos. 

Bajo un sistema de autogobierno cimentado en la ley del más fuerte, el penal ha funcionado como un espacio donde la reinserción social es apenas una formalidad retórica. Lo que realmente rige ahí es un orden paralelo, sostenido por la violencia, el dinero y el miedo.

La vida cotidiana en el penal de Aguaruto ha estado marcada por privilegios, venganzas, fugas espectaculares y una estructura informal de poder que ha echado raíces profundas. 

Carracas de lujo, fiestas con prostitutas, alcohol, videojuegos y hasta cuadros de Tony Montana decorando paredes dan cuenta del control que ejercen los grupos criminales. El retrato institucional se desdibuja ante testimonios como el de una ex reclusa que, sin rodeos, resume: “Si no tienes dinero, no eres nadie; el dinero mueve todo”.

En teoría, el penal fue inaugurado en 1969 para albergar a poco más de 800 internos. (Foto: especial)
En teoría, el penal fue inaugurado en 1969 para albergar a poco más de 800 internos. (Foto: especial)

Los directores han desfilado por el penal sin dejar huella. Ninguno ha logrado desmontar ese ecosistema donde la autoridad formal solo parece espectadora. 

En teoría, el penal fue inaugurado en 1969 para albergar a poco más de 800 internos. Hoy, la población rebasa los 2 mil 246 (datos de la SSPE) muchos de ellos vinculados a grupos del crimen organizado, lo que convierte al penal en un terreno fértil para el caos y la impunidad.

Con el ascenso del narcotráfico en Sinaloa, Aguaruto se volvió una bomba de tiempo. Las torres de vigilancia y los muros altos fueron insuficientes frente a la sofisticación logística de los cárteles, que han operado desde dentro con una libertad impensable.

Reos escapan del penal

Uno de los episodios más representativos fue en 2014. Adelmo Niebla González, El Señor o El G-3, operador de alto nivel del Cártel del Pacífico, escapó junto con otros dos internos a través de un túnel de casi 400 metros cavado con precisión quirúrgica. 

La fuga fue silenciosa, sin una sola alarma, y anticipó el escape cinematográfico de Joaquín El Chapo Guzmán en el Altiplano, un año más tarde.

Tres años después, en marzo de 2017, el penal volvió a ser noticia nacional. Cinco reos de alta peligrosidad, entre ellos Juan José Esparragoza Monzón, El Azulito, hijo de uno de los fundadores del Cártel de Sinaloa, huyeron ocultos en un camión que simulaba descargar madera. Detrás de la logística, se dice que hubo una fiesta de despedida, otra burla más al sistema penitenciario.

El Azulito, hijo de uno de los fundadores del Cártel de Sinaloa, huyeron ocultos en un camión. (Foto: especial)
El Azulito, hijo de uno de los fundadores del Cártel de Sinaloa, huyeron ocultos en un camión. (Foto: especial)

Apenas un año después, el bochorno se repitió. Julián Grimaldi Paredes también conocido como Luis Gabriel Valenzuela, y Jesús Carlos Salmón Higuera, El Macaco, presunto jefe de sicarios del Cártel de los Beltrán Leyva, ambos reos federales, escaparon disfrazados de policías, caminando sin prisa por la puerta principal. 

El hecho fue grabado por cámaras de vigilancia, pero nadie actuó. Ni un filtro se activó. El video circuló después en medios como prueba fehaciente de la vulnerabilidad institucional.

Durante el Culiacanazo del 17 de octubre de 2019, mientras el país centraba la atención en la detención fallida de Ovidio Guzmán, el penal de Aguaruto vivió otra fuga masiva: más de 50 reos se escaparon en el caos. 

Entre ellos, personajes clave del Cártel de Sinaloa: Jesús Peña González, El 20, presunto jefe de seguridad de Ismael El Mayo Zambada; Rafael Guadalupe Félix Núñez, Changuito Ántrax, jefe de sicarios de Los Ántrax; Francisco Javier Zazueta Rosales, Pancho Chimal y Alfonso Limón Sánchez, brazo operativo de El Mayo. De los 55 fugados, 33 enfrentaban delitos del fuero federal.

La normalización del caos sigue latente. (Foto: especial)
La normalización del caos sigue latente. (Foto: especial)

La actual istración estatal, encabezada por Rubén Rocha Moya, ha buscado retomar el control, pero los hechos indican que la normalización del caos sigue latente. 

En 2021, una riña armada en el módulo 8 dejó dos muertos y dos heridos. Un reo federal sacó un arma de fuego y disparó a plena luz del día dentro del penal.

En 2022, un reo se fugó del penal tras ser trasladado al Hospital General de Culiacán para una operación de hernia. Durante su recuperación, estaba bajo la custodia de un solo agente, quien presuntamente fue sedado, lo que facilitó la fuga del interno.

Más recientemente, el 21 de mayo de 2025, se registró una balacera acompañada de un intento de motín. Se reportó el uso de subametralladoras P90, armas capaces de perforar chalecos antibalas, con alcance de hasta 200 metros. Pero además un túnel cuyo propósito se desconoce .

En 2022, un reo se fugó del penal tras ser trasladado al Hospital. (Foto: especial)
En 2022, un reo se fugó del penal tras ser trasladado al Hospital. (Foto: especial)

Un día después, el gobernador Rubén Rocha Moya negó que exista un régimen de autogobierno al interior del centro penitenciario y aseguró que el control de los reclusorios en Sinaloa está bajo responsabilidad del Estado.

En relación al enfrentamiento, indicó que se trató de un hecho espontáneo que fue contenido de manera oportuna por las fuerzas de seguridad. 

Agregó que se está analizando la posibilidad de trasladar a reos considerados de alta peligrosidad a penales federales, una medida que ya se ha aplicado en el pasado, aunque sin resultados plenamente efectivos.

En varias ocasiones se han encontrado túneles en proceso de excavación dentro del penal, así como equipos de comunicación avanzados como antenas de internet satelital starlink y de otras compañías. 

En su interior las historias sobran y darían para más de un libro. (Foto: especial)
En su interior las historias sobran y darían para más de un libro. (Foto: especial)

​En su interior las historias sobran y darían para más de un libro, se ha detectado un mercado negro que incluye las apuestas, maquinitas tragamonedas y hasta pelea de gallos en el pasado.

Aguaruto no es solo una prisión rebasada, es un campo de batalla permanente. Así como hay guerra afuera, también la hay dentro.

HCM

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