El anillo de seguridad que protegía a los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán y su lucrativo negocio se desmorona. Con el reciente abatimiento de Jorge Humberto Figueroa Benítez alias El 27 o La Perris, del grupo de lugartenientes de confianza de la facción únicamente sobrevive uno: Óscar Noé Medina González, El Panu.
A poco más de ocho meses del estallido del conflicto entre Los Guzmán y Los Zambada por el control de Culiacán y del Cártel de Sinaloa, la estructura que encabezan los hermanos Iván Archivaldo y Jesus Alfredo Guzmán Salazar ha padecido severos golpes tanto por parte de sus rivales como de autoridades federales.
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Meses antes, Néstor Isidro Pérez Salas -alias El Nini- fue detenido y extraditado a Estados Unidos, dejando así su puesto libre para el ascenso de otros lugartenientes como fue el caso de su socio La Perris pero también Juan Luis Castro Morales -El Gavilán-, Mario Alexander Gámez -El Piyi-, Kevin Alonso Gil Acosta -El 200-, y Luis Alfonso López Reátiga - El Toner-. Todos han sido abatidos o detenidos.
A diferencia de dichos jefes de seguridad, sobrevive El Panu, cuyo bajo perfil y estrategia le han permitido mantenerse lejos tanto del radar de sus rivales como de autoridades mexicanas y estadounidenses.
¿Quién es El Panu?
“Su grandeza se le mide lo que alcance hasta el cielo, el hombre al que me refiero es compa Panu, el amigo. Un joven muy talentoso, respetado y muy querido, desde muy chico navega, tiene mucho recorrido. Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, su compadre mientras viva, firme sigo señorón, cuesta abajo o cuesta arriba”, se escucha en las primeras estrofas de un narcocorrido que elogia a Óscar Noé Medina González y que interpretaron Ariel Camacho y los Plebes del Rancho.
El respeto que se le adjudica a El Panu en el controversial tema se vincula con el largo historial que acumula dentro de las filas del Cártel de Sinaloa pues, de acuerdo con información obtenida y difundida por el periodista Óscar Balderas, sus inicios en la organización delictiva se ubican dentro de la familia Tapia, un viejo clan que traficó drogas para El Chapo Guzmán y que también estuvo al frente de la seguridad de Ismael El Mayo Zambada.
Aunque su permanencia al grupo delictivo se remonta a los años en los que ambos fundadores operaban juntos, se desconoce cómo fue que El Panu terminó por decantarse por la facción de los Guzmán. No obstante, dicha elección ha quedado registrada tanto en ‘narcocorridos’ como en la acusación formal que pesa en su contra en el Distrito Sur de Nueva York.
“Traigo camiseta Guzmán Salazar, yo con los menores siempre voy a estar. Eso ya lo sabe mi compadre Iván y mi compa menor lo puede reiterar”, se escucha en otra composición musical dedicada a Óscar Noé Medina González interpretada por Código FN y Tito Double P.
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Contrario a los narcocorridos que lo enaltecen, reportes del Gobierno de México consultados por Óscar Balderas describen a El Panu como un "mando cruel y despiadado" que no corre riesgos si sospecha de alguien que quiera hacerle daño a Los Chapitos o a sus intereses.
Pagar sobornos a policías municipales así como coordinar emboscadas militares y la compra de armamento y explosivos, son algunas de las actividades criminales con las que también fue vinculado Óscar Noé Medina González en México pero su trayectoria delictiva no se detuvo ahí.
Pese a apostar por mantener un perfil bajo, el nombre y alias del último lugarteniente de Los Chapitos también se encuentra plasmado no sólo en acusaciones presentadas ante cortes federales de Estados Unidos sino también en la lista negra de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro.
Por su parte, el Departamento de Estado describe a Óscar Noé Medina González como el principal lugarteniente de Iván Archivaldo Guzmán Salazar y como el comandante de su aparato de seguridad al tener a su mando a cada uno de los líderes regionales que son responsables del cuidado de sus áreas designadas, así como de los sicarios que son enviados a donde sea necesario para proteger las operaciones de Los Chapitos.
Desde cuidar sus cargamentos y rutas de trasiego de drogas hasta asesinar a de cárteles rivales, destruir negocios que se niegan a colaborar con ellos, disputar el control de territorios, intimidar a civiles y atacar a fuerzas del orden son parte de las operaciones que El Panu coordina desde su puesto como jefe de seguridad.
A dicho portafolio criminal también se suma su papel como colaborador en el tráfico de fentanilo a Estados Unidos, mismo que fue descrito a detalle en una acusación presentada ante el Distrito Sur de Nueva York en abril de 2023.
El Culiacanazo y la tortura de rivales
En abril de 2023 Los Chapitos y una veintena de sus colaboradores fueron acusados ante el Distrito Sur de Nueva York por conformar lo que denominaron como la red de tráfico de fentanilo más grande y prolífica del mundo.
Los recursos que diversas agencias de seguridad estadounidenses recabaron identificaron al aparato de seguridad de Los Chapitos como una pieza clave de la organización al ser el encargado de garantizar la integridad tanto de sus líderes y el negocio pero también de promover y preservar la reputación del cártel.
A lo largo del documento judicial se describe cómo El Panu participó junto a El Nini y Jesús Alfredo Guzmán Salazar en la tortura y asesinato de tres de Los Zetas el cual, según las investigaciones ocurrió en mayo de 2017 en uno de los ranchos de Iván Archivaldo Guzmán Salazar.
Los mismos personajes participaron en la privación de la libertad y asesinato de agentes de la extinta Procuraduría General de la República (PGR) los cuales fueron secuestrados por de Los Ninis mientras conducían un vehículo a las afueras del aeropuerto de Culiacán.
Los agentes federales fueron trasladados hasta un rancho en Navolato en donde fueron sometidos a torturas durante horas mientras eran interrogados. Según la acusación del Distrito Sur de Nueva York, dicho episodio fue presenciado tanto por El Panu y El Nini como por los hermanos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar.
"Durante aproximadamente dos horas, de los Ninis torturaron a la víctima 5 insertándole y arrancándole un sacacorchos en sus músculos y colocando chiles picantes en sus heridas abiertas y su nariz", se lee en una parte del documento judicial.
Los cuerpos de los agentes federales presentaron heridas por arma de fuego en la cabeza al momento de ser localizados cerca de la carretera federal número 15 a las afueras de Navolato, Sinaloa.
Dos años más tarde, El Panu, El Nini y sus subordinados protagonizaron una de las jornadas más violentas que se ha vivido en la capital sinaloense: El Culiacanazo. En octubre de 2019, fuerzas federales desplegaron un intenso operativo que tenía como objetivo detener a Ovidio Guzmán López, El Ratón.
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En dicha ocasión a Óscar Noé Medina González se señaló de comandar personalmente a Los Ninis asignándoles los lugares donde debían operar, incluyendo el aeropuerto de Culiacán en donde se les ordenó esperar cualquier instrucción de detonación de bazucas y lanzagranadas para derribar cualquier aeronave que intentara despegar o aterrizar
Los enfrentamientos armados, narcobloqueos y múltiples hechos delictivos desataron terror en Culiacán hasta finalmente orillaron al expresidente Andrés Manuel López Obrador a ordenar la liberación del hijo de El Chapo.
Al listado de actividades criminales de El Panu se suma la responsabilidad que tuvo de establecer una alianza con los Artistas Asesinos, una célula delictiva que opera en Ciudad Juárez, Chihuahua. El objetivo fue destruir los negocios que operaba un cártel rival, lo que provocó múltiples incendios y tiroteos que dejaron más de una decena de personas muertas.
La confianza que Los Chapitos depositaron en Óscar Noé Medina González lo llevaron también a vigilar la seguridad de cargamentos de precursores químicos que la facción utiliza para la producción de fentanilo.
El amplio historial delictivo que El Panu acumula dentro de las filas de Los Chapitos llevó al gobierno estadounidense a ofrecer una recompensa de cuatro millones de dólares por información que conduzca a su captura, una cifra que fue mayor a la que se ofertó por El Nini o por La Perris.
Aún y con los ojos de autoridades de ambos lados de la frontera y de grupos rivales siguiendo de cerca sus pasos, El Panu continúa libre y sobreviviendo la fractura más grande del Cártel de Sinaloa, convirtiéndose así en el último gran jefe de seguridad de Los Chapitos en evadir no sólo su detención sino también su muerte.
ATJ
