Minera Autlán, ubicada en Molango y poseedora de las mayores reservas de manganeso metalúrgico de América del Norte, busca extender la explotación hasta 2078, y para ello invertirá 66 millones de dólares, es decir, mil 350 millones de pesos, por lo que descartó dañar al ecosistema y a los pobladores de la región.
Reservas de manganeso
La minera que cuenta con uno de los depósitos de manganeso más ricos del mundo ingresó a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) federal una manifestación de impacto ambiental para regularizar y dar continuidad a sus actividades de exploración de minerales en 26 polígonos, por un periodo de 53 años adicionales. Incluso, puede ampliar dicho lapso en la medida de que los estudios geológicos y de exploración confirmen nuevas reservas.
Del total de inversión, 30 millones de pesos serán destinados para la normatividad ambiental.
El documento, el cual fue publicado este lunes en la Gaceta Ecológica, señala que la superficie del proyecto es de 10 mil 716 hectáreas distribuidas en obras nuevas, las cuales no involucran el desarrollo de labores constructivas sino trabajos de exploración.
Del total, la superficie de ocupación minera es de mil 291 hectáreas, al incluir 371 hectáreas de áreas verdes. “Las restantes serían sometidas a actividades de exploración para determinar la viabilidad de continuar con la explotación de manganeso en la región”, detalla el documento emitido por la empresa.
Considera tres unidades mineras denominadas Molango, Naopa y Nonoalco, así como áreas de exploración que inciden en Molango, Lolotla, Tepehuacán de Guerrero, Tlanchinol, Eloxochitlán, Xochicoatlán, Metztitlán, Zacualtipán y Juárez.
El distrito minero ha identificado 18 comunidades, de las cuales 13 se ubican en Molango, cuatro en Lolotla y una en Tlanchinol. Se considera que cinco de estas localidades reciben un impacto directo por el desarrollo del proyecto y 13 de manera indirecta con 5 mil 264 habitantes en total.
Las obras y actividades implican incrementar el flujo vial, operación de maquinaria pesada y de equipos automotores auxiliares, lo que ocasionará mayor movimiento en la zona que ahuyentaría a la fauna silvestre dado el ruido y emisiones al ambiente.
Además de la pérdida de cobertura forestal que implica el cambio de uso de suelo para el desarrollo de las obras y actividades mineras, habría daños ambientales en la conformación topográfica natural del terreno y en las propiedades físicas del suelo, por lo que establece medidas de mitigación.
Para disminuir los impactos adversos, la manifestación de impacto ambiental plantea disminuir emisiones de polvos, impermeabilizar todas las áreas que manejan sustancias químicas con tal de evitar descargas al entorno natural y prevenir la contaminación de los cuerpos de agua superficiales temporales.
A su vez, descarta riesgos a poblaciones de especies protegidas, así como a la seguridad y salud de los habitantes de las comunidades.
Suficiencia
La minera, la cual es la única productora de nódulos de manganeso a nivel mundial, cuenta con reservas estimadas para más de 200 años, "lo cual justifica la ampliación de sus campañas de exploración en zonas que están previamente delimitadas”.
“El proyecto también tiene una dimensión social relevante, ya que busca mantener y fortalecer el empleo en las unidades mineras Molango, Naopa y Nonoalco, las cuales han operado por varios años, y que han generado beneficios directos e indirectos para las comunidades locales”, de acuerdo con el reciente análisis.
Finalmente, se dijo que para la minera es necesario que la autorización que emita la autoridad cuente con una vigencia única que abarque simultáneamente todas las etapas; de lo contrario, la suspensión de actividades mientras entra en vigor la resolución, si se sujeta al cumplimiento de vigencias parciales, tendría implicaciones económicas, ambientales y sociales.
