La tarde de este martes 13 de mayo se dio a conocer la muerte de Pepe Mujica, el ex presidente de Uruguay considerado para muchas personas como el presidente más 'pobre' del mundo y figura de la izquierda latinoamericana.
El ex mandatario falleció a los 89 años luego de que le fue diagnosticado un tumor maligno en el esófago y tuvo que recibir, desde mayo, sesiones diarias de radioterapia.

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¿Qué pensaba Pepe Mujica de la riqueza y pobreza?
Pocas figuras políticas latinoamericanas han logrado captar la atención mundial con la mezcla de sencillez, lucidez y coherencia con que lo hizo Pepe Mujica. El ex mandatario fue conocido por vivir en una modesta vida y rechazar los lujos propios del poder.
Por medio del canal de YouTube Human the movie, Mujica ofreció una visión profundamente crítica sobre el modelo de consumo global y los valores que lo sostienen.
Para él, la riqueza y la pobreza no eran solo términos económicos, sino elecciones de vida y, en muchos casos, trampas culturales.
“O logras ser feliz con poco y liviano de equipaje, porque la felicidad está dentro tuyo”, dijo con convicción.
En su visión, la riqueza material no garantiza bienestar, y la pobreza no es un fin noble, sino una elección consciente por la sobriedad.
“No era una apología de la pobreza, esto es una apología de la sobriedad”, explicó.
Mujica cuestionaba la lógica del consumo como motor de las sociedades modernas, que a su juicio terminan atrapadas en una carrera sin fin por acumular.
“Inventamos una montaña de consumo superfluo y hay que tirar y vivir comprando y tirando”, expresó.
Para el ex mandatario, esta dinámica tenía un costo invisible pero altísimo: la vida misma, pues aseguraba, las cosas se compran con el tiempo y no con el dinero, como la mayoría de los humanos creemos.
“Cuando yo compro algo, o tú, no lo compras con plata, lo compras con el tiempo de vida que tuviste que gastar para tener esa plata. Pero con esta diferencia: la única cosa que no se puede comprar es la vida. La vida se gasta, y es miserable gastar la vida para perder la libertad”.
A lo largo de su mandato y en sus múltiples intervenciones públicas, Mujica insistió en que la política no debía perder de vista su vocación republicana y austera. A modo de ejemplo, recordó una decisión tomada durante su gobierno.
“En lugar de comprar un avión presidencial, compramos un helicóptero (...) porque eso va a servir (...) Tener un servicio permanente que pueda socorrer rápido. Esta cosa tan simple. Mire el dilema: comprar un avión presidencial o un helicóptero. Pasado de la vida. Esa es la constante”.
Pepe Mujica también criticaba los lujos innecesarios de los dirigentes: “No se precisa. Se puede vivir mucho más sobriamente y gastar los recursos que se tengan en cosas que la sociedad verdaderamente sí son importantes”.
Lejos de promover un regreso a formas de vida precarias, Mujica defendió un estilo de vida sobrio como respuesta ética frente al despilfarro.
“No estoy planteando volver a las cavernas (...) que estoy planteando es darle la espalda al mundo del despilfarro y de los gastos inútiles”.
Para Mujica, vivir con poco no es resignarse, es elegir. Y ser pobre no es no tener cosas, es tener tiempo para uno mismo. Su mirada sobre la riqueza y la pobreza no estaba anclada en estadísticas, sino en una idea más honda: la del sentido de la vida.
“Vale la pena volver a empezar una y mil veces mientras uno esté vivo. Ese es el mensaje más grande de la vida. Y se puede resumir en esto: derrotados son los que dejan de luchar”.
Mira la entrevista de Pepe Mujica aquí:
APC