Durante los últimos días, autoridades han decomisado 230 artefactos explosivos en este mismo municipio, en Aguililla y Buenavista.

Un campesino de 65 años murió tras activar una mina en Apatzingán. Es la sexta víctima de estos artefactos en Tierra Caliente, donde criminales los han sembrado.

El estallido, atribuido a la delincuencia organizada, dejó destruida la unidad y elevó a seis el número de víctimas mortales por estos artefactos en la región de Tierra Caliente en lo que va del año.

Un juez pidió que se demuestren que hay investigación por la existencia de estos dispositivos explosivos.

Este amparo, interpuesto por jornaleros de Buenavista, Tomatlán, se fundamenta en la omisión de las autoridades para garantizar la seguridad de los habitantes.

A finales de enero, dos personas murieron al activar un artefacto explosivo en Tamaulipas, presuntamente colocado por grupos delincuenciales en disputa territorial. El 25 de febrero, EU identificó a una de las víctimas como ciudadano estadounidense.

Cabe mencionar que estos hechos ocurrieron a finales del mes pasado, cuando murieron dos personas.

Aunque históricamente las minas terrestres abundaban en territorios con conflictos en el pasado, en la actualidad los criminales las han vuelto a instalar en México.

No han detenido el uso de minas terrestres por parte del crimen organizado. Es por eso, que se tiene registrado que desde 2021 se aseguraron los primeros explosivos; estos fueron en brechas del municipio de Tepalcatepec, en Michoacán.

El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) encontró en las minas terrestres artesanales, un mecanismo de defensa contra sus enemigos Los Viagras y una herramienta de ataque contra las fuerzas armadas y la población civil.