Ciencia y Salud

Estrés y deseo: así es como la tensión acaba con tu vida sexual

El deseo sexual es diferente en cada persona y puede cambiar a lo largo de la vida, sin embargo, hay factores que comprometen el bienestar cotidiano.

El sexo y el deseo van más allá de una llama emitida por el cuerpo. Sin las condiciones propicias, la fórmula queda trunca, insatisfecha. Las ratas y los humanos son claros ejemplos de ello.

Hace once años un estudio analizó cómo el  estrés prolongado afectaba el comportamiento sexual de ratas hembras. Se usaron 63 ejemplares a las se dividieron en tres grupos y se les puso a prueba.


Un grupo vivió en condiciones normales, otro estuvo bajo estrés durante 10 días, mientras que el tercero pasó por una fase de recuperación después del estrés. Los resultados, publicados en la revista Nature, mostraron que las roedores estresadas tenían menos interés en los machos y presentaban cambios hormonales, especialmente un aumento de testosterona.

Además, se observó una reducción en ciertas proteínas relacionadas con la función neuronal y vascular en el tejido vaginal, es decir, el estrés alteró su comportamiento sexual.

En 2014, un grupo de investigadores decidió analizar la contraparte y analizaron a ratas macho. Resultó que, después de 5 semanas de estrés continuo, los animales mostraron cambios y un daño significativo en células clave en los testículos, además de un aumento en la muerte de células encargadas de generar esperma.

Pese a la diferencia de especies, la realidad de los humanos no está tan lejos de la de las ratas.

¿Cómo afecta el estrés a las mujeres?

Lisa Dawn y Cindy Meston, investigadoras del Departamento de Psicología, Universidad de Texas se propusieron averiguar más sobre la relación entre el estrés crónico y la respuesta sexual de las mujeres.

Para ello, realizaron un experimento en el que participaron 30 mujeres, la mitad del grupo experimentaba un alto nivel de estrés, la otra mitad un nivel promedio.

A todas se les pidió ver una película erótica, en este lapso se midió su excitación genital (física) y psicológica, además, todas proporcionaron muestras de su saliva para medir hormonas como el cortisol y la dehidroepiandrosterona.

Aunque el estrés no necesariamente afecta la excitación sexual psicológica, sí puede repercutir en la respuesta física  | Pexels
Aunque el estrés no necesariamente afecta la excitación sexual psicológica, sí puede repercutir en la respuesta física | Pexels


Aunque la excitación mental no cambió en ninguno de los casos, los altos niveles de estrés repercutieron de manera negativa en la excitación física. Además, quienes tenían niveles más altos de cortisol (la hormona del estrés) se distrajeron más mientras veían la película lo que incluyó en gran medida, en la respuesta corporal como concluyeron las investigadores en un artículo publicado en 2014 en The Journal of Sexual Medicine.  

Siete años antes, otro estudio había concluido algo parecido, sólo que en esta ocasión probaron dos tipos de estrés, el agudo (generado en el experimento con una tarea frustrante) y el crónico (es decir, el que se mantenía de manera prolongada). 

Las mujeres fueron divididas en grupos y expuestas a un estímulo erótico para medir su excitación sexual, tanto física como mental (subjetiva). Las mujeres sometidas a estrés agudo mostraron menor excitación sexual, tanto física como mental, en comparación con las que no pasaron por la tarea estresante.

Las mujeres con altos niveles de estrés crónico también presentaron menor excitación física, pero su excitación mental no cambió, lo que llevó a los especialistas a concluir que el estrés psicológico—ya sea inmediato o acumulado— puede reducir la respuesta sexual del cuerpo, aunque el impacto en la percepción mental de la excitación varía según el tipo de estrés.

Disfunción y rendimiento: los efectos del estrés en hombres

Diversos estudios han encontrado que la salud mental, y en particular, los trastornos relacionados con el estrés y la angustia psicológica afectan el rendimiento sexual y la erección, lo que a su vez alimenta los problemas psicológicos.

Uno de los efectos más notorios es la disfunción eréctil , un problema común, especialmente entre hombres de 40 años. Generalmente, y como explican diversas instituciones, ocurre debido al estrés, cansancio y/o el consumo excesivo de alcohol.

En casos más severos, como por ejemplo, cuando se presentan casos de trastorno de estrés postraumático  (TEPT) —condición psiquiátrica que ocurre después de vivir un evento traumático grave— hay afectaciones de la función sexual.

Los estudios muestran que muchos pacientes con TEPT tienen dificultades como disfunción eréctil y problemas de eyaculación, una investigación enfocada en veteranos de guerra encontró que el 69% de ellos presentaban disfunción eréctil.

Aunque las erecciones dependen de la testosterona, aún no se comprende totalmente cómo el estado psicológico y los cambios en el sistema nervioso la afectan. Se sabe que el estrés puede alterar los niveles de testosterona, no obstante, en personas con TEPT por combate o en refugiados con esta condición, la testosterona no parece cambiar significativamente lo que sugiere que hay otros factores en juego que influyen en la disfunción sexual.

Es importante señalar que, más allá del estrés diario, cuando la difusión ocurre con frecuencia, podría ser signo de alguna afección como presión arterial alta , diabetes, depresión, ansiedad o problemas hormonales.

El estrés en las parejas

El estrés no solo afecta tanto de forma individual como a las relaciones de pareja. La mayoría de las investigaciones han encontrado que la tensión se relaciona con menos actividad y satisfacción sexual.

En 2008, un grupo de investigadores siguieron a 103 mujeres estudiantes durante tres meses, justo antes de un examen importante. Durante este tiempo, completaron cuestionarios sobre estrés, actividad sexual, satisfacción en la relación y estrategias para manejar el estrés, tanto individualmente como en pareja.

Encontraron que cuando las mujeres se sienten más estresadas no sólo tienen menos actividad sino también, menos satisfacción sexual, lo que desde su percepción también afectó en su satisfacción en la relación.

El estrés afectó tanto la satisfacción sexual como la relación en pareja de las mujeres | Pexels
El estrés afectó tanto la satisfacción sexual como la relación en pareja de las mujeres | Pexels

Además, notaron que las parejas que utilizaron estrategias para afrontar el periodo, tuvieron mejores resultados sexuales, aunque esto no cambió la relación directa entre el estrés y la sexualidad.

¿Cómo reducir el estrés? El sexo como aliado

El estrés se ha convertido ya en algo cotidiano: ante situaciones desafiantes o desconocidas se activa el estado de alerta. Aunque es normal, cuando se convierte en un problema crónico comienza a afectar la salud en diferentes niveles.

Más allá de los problemas en la cama, puede ocasionar ira, tristeza o preocupación constante, cambios de apetito, entumecimiento, pesadillas, dolores de cabeza o corporales… incluso puede empeorar problemas de salud preexistentes.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) recomienda afrontarlo de forma saludable mediante medidas como: descansar de las noticias y redes sociales, practicar ejercicios de respiración o meditación; dormir lo suficientes, comer de forma adecuada y realizar actividad física.

De acuerdo con Harvard Health Publishing, el afecto físico y la intimidad sexual también pueden ser de ayuda: no sólo son placenteros sino que además aumentan los niveles de oxitocina, una hormona que alivia el estrés y promueve una sensación de bienestar.

Además, los orgasmos pueden favorecer a un mejor sueño al afectar los niveles hormonales y favorecer a la relajación muscular.

​LHM 



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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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