No se dimensiona la importancia del hierro antes y durante el embarazo, afirmó el médico Álvaro Cabrera, hematólogo y experto en deficiencia de este nutriente.
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Refiere que en una encuesta realizada en México, Colombia y Chile, se reveló un bajo reconocimiento del impacto del déficit de hierro, por lo que urge a la prevención antes y durante el embarazo para proteger la salud materna y el desarrollo fetal.
Para este ejercicio se tomaron opiniones de mujeres entre 18 y 48 años de edad, encontrándose que 80% de las participantes no está completamente familiarizado con la deficiencia de hierro y sus implicaciones, situación que se acentúa en el grupo más joven.
“Para las mujeres que planean ser madres o ya están embarazadas, la atención al hierro es vital, revisar sus niveles es un acto de amor para ellas mismas y para su futuro bebé”, subrayó el especialista.
Explicó que se tienen datos que muestran un aumento de la prevalencia del déficit durante la gestación, que se duplica cada trimestre. Es decir, de un 5.3% en el primero, crece a 12.7% en el segundo y alcanza un preocupante 27.5% en la recta final del embarazo.
¿Qué ocasiona el déficit de hierro durante el embarazo?
Esta deficiencia, advirtió, se asocia con un riesgo significativamente mayor de anemia materna, parto prematuro y bajo peso al nacer, además de impactos a largo plazo en la función cognitiva del niño.
“Mientras nos preparamos para celebrar el Día de la Madre, un tema de salud fundamental emerge como una preocupación silenciosa pero significativa para las mujeres en edad fértil: el déficit de hierro”.
Álvaro Cabrera, sostuvo que más allá de la anemia, reconocida por ocho de cada 10 mujeres encuestadas como la principal consecuencia de esta condición, la deficiencia de este nutriente clave para la producción de energía tiene implicaciones profundas para el bienestar diario de la mujer, la productividad y, crucialmente, para un embarazo saludable y el desarrollo óptimo del bebé.
“La encuesta conducida online a nombre de CSL Vifor y aplicada a mujeres entre 18 y 48 años, encontró que 77% de ellas considera el déficit de hierro y sus implicaciones como un problema de salud importante, pero persisten brechas significativas en la comprensión de sus causas, consecuencias y manejo adecuado”.

Por ejemplo, agregó, mientras 42% asocia correctamente la deficiencia de hierro con baja productividad en actividades diarias, solo 16% la vincula con el ausentismo laboral, cuando la anemia representa una carga de discapacidad significativa para el género globalmente.
“Además, aunque se reconocen síntomas comunes como la fatiga extrema (71%) y la debilidad (59%), existe menor conciencia sobre pruebas diagnósticas clave como la ferritina (conocida por menos del 30%), un indicador esencial de las reservas de hierro recomendado por la Organización Mundial de la Salud”.
El hematólogo destacó que durante el embarazo se necesitan 1.040 mg de hierro en total; 450 mg para aumentar la sangre materna, 300–350 mg para el feto y la placenta, y 230–240 mg para compensar las pérdidas, pues este mineral es clave para el crecimiento de la placenta y el desarrollo del sistema nervioso del bebé.
“Según la OMS, el 40% de las embarazadas presenta anemia al inicio de la gestación, lo que evidencia la alta prevalencia de reservas bajas de hierro antes de concebir; ha subrayado la importancia de vigilar estos niveles, recomendando el uso de la ferritina sérica como indicador clave de las reservas de hierro para una detección temprana y la prevención de consecuencias adversas”.

Aclaró que existe una diferencia significativa sobre el déficit de hierro dentro y fuera del contexto del embarazo. Los resultados de la encuesta mostraron que el 69% de las mujeres embarazadas o que lo han estado, consultaron información por síntomas (frente al 46% general) y 72% recibió información de un profesional de la salud (comparado con 44% general).
“Esto sugiere que, aunque el embarazo activa la atención sobre el tema, hay una oportunidad para mejorar la comunicación proactiva en otras etapas de la vida de la mujer”, manifestó el especialista.
Recomendó a quienes planean un embarazo o ya lo han iniciado, evaluar sus depósitos de hierro midiendo ferritina sérica y capacidad total de unión a dicho mineral antes de concebir; corregir cualquier déficit hasta lograr rangos normales y mantener una suplementación continua de hierro elemental junto con el ácido fólico durante la gestación, el postparto y la lactancia, o instaurar tratamiento si se diagnostica deficiencia.
Señaló que en Tamaulipas se han observado algunas deficiencias que inciden en la falta de hierro, lo que genera a su vez problemáticas de salud importantes en la salud de la madre y el hijo.
BRR