Elisa Carrillo, poseedora de una indiscutible técnica y prestigio en el mundo del ballet, ofreció su interpretación del Bolero, de Maurice Béjart (1927-2007), de esta coreografía, que en su esencia es un ritual, una explosión de energía y una prueba de resistencia física que demanda una entrega total, logrando arrancar el aplauso del público que acudió al Auditorio Nacional.
La actuación de Carrillo, en la Gala Elisa y amigos con Bolero, de Maurice Ravel (1875-1937), si bien fue la última vez que presentó esta coreografía en México, con una ejecución técnicamente correcta, se percibió una ausencia de esa fuerza expresiva para lograr electrificar al público, como lo hacía Jorge Donn, el máximo intérprete de esta obra, cada vez que paraba en el escenario.
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La coreografía de Maurice Béjart exige de una ejecución casi obsesiva, que radica en la intensidad y la energía que el intérprete proyecta, tal como Béjart la concibió.
Jorge Donn, quien se presentó en un Festival Internacional Cervantino, en Guanajuato, todavía es recordado por tener una presencia escénica arrolladora, que trascendió la mera técnica, al envolver al espectador en una experiencia casi hipnótica. Su capacidad para fundir movimiento y música en una unidad emocional, convirtió su actuación en su Bolero como un referente insuperable.

La versión de Elisa Carrillo, acompañada de 40 bailarines mexicanos, cumple con el objetivo del espíritu del Bolero, pero está ausente la potencia dramática que le imprimía Jorge Donn, como quedó en la memoria del público mexicano y, registrado en diversos videos de sus distintas actuaciones por el mundo.
Elisa Carrillo es una bailarina de alto nivel, reconocida con el Prix Benois de la Danse, el Premio Alma de la Danza y el Dance Open Award, cuya versión del Bolero representa un logro técnico importante, sobre todo al lograr los derechos exclusivos de la compañía del coreógrafo suizo, Maurice Béjart. Ella consiguió bailar en una audición oficial, colocándola como una de las pocas bailarinas en el mundo con permiso para interpretar esta pieza emblemática de Maurice Béjart.
Al final de la su actuación, la recién nombrada directora de la escuela de ballet John Cranko Schule Stutgart en Alemania, en el coloso de Reforma expresó: ¡Gracias mi México querido!, lo que generó una gran ovación de los asistentes.
Asimismo, al final de la gala, agradeció al maestro Piotr Nardelli, del Ballet Master del Béjart Ballet Lausanne y uno de los colaboradores más cercano del afamado coreógrafo, por estar presente en los ensayos para supervisar todos los detalles de la coreografía con la intención de que se ejecutara bajo los más altos estándares de calidad.
Piotr Nardelli, ha dicho que “dirigir el Bolero es invocar la voz de Béjart, y permitir que nuevos cuerpos pronuncien con verdad y fuego”.
La gala además estuvo integrada por la participación de reconocidos bailarines, todos aplaudidos por sus actuaciones, pero de sus amigos, quienes se llevaron la noche fueron: Obertura, coreografía de Sergio Bernal, interpretada por él mismo, y Elisa Ramos y Alejandro Hidalgo al interpretar la obra Herry Pink and Apple Blossom, de Itzik Galili, con música de Dámaso Pérez Prado, coreografía que, por cierto, ya había presentado Isaac Hernández en Despertares, también en el Auditorio Nacional.
jk