Una vez que se ha elegido un Papa, éste puede escoger libremente un nombre para gobernar la Iglesia católica. La mayoría escoge un nombre de uno de sus antecesores, el de un santo de su devoción o una versión latinizada de su propio nombre.
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Cuando un Papa fallece o dimite, todos los del Colegio Cardenalicio están obligados a asistir a la elección, salvo por motivos relacionados con una mala salud o superación del límite de edad. La reunión recibe el nombre de cónclave.
La cónclave papal oficial comienza entre 15 y 20 días después de la salida del último Papa. Durante este plazo los cardenales tienen tiempo suficiente para viajar hasta la Ciudad del Vaticano.
Bajo esta premisa, todos los cardenales son electos para ser el próximo Papa y celebran misa durante su estancia para dar a conocer sus rostros y nombres al mundo.
Una vez que el Colegio Cardenalicio se reúne oficialmente, permanecen encerrados en la Capilla Sixtina hasta la elección de un nuevo Papa. Los mantienen la integridad del cónclave y solo pocos asistentes pueden tener o con los cardenales que votan.
La distribución de las papeletas conocidas como preescrutinio tienen distribución, cumplimiento y designación de recogedores y escrutadores. La emisión del escrutinio es secreto. Los votos se tabulan, se reafirman y luego se queman.
Si tres días de votaciones no ofrecen ningún nuevo Papa, los del cónclave se toman un día entero para la oración y la contemplación. Si ese ciclo de cuatro días se repite siete veces más, se celebra una segunda vuelta entre los dos candidatos que hayan recibido más apoyos.
Existen dos teorías sobre la libre elección del nombre del nuevo Papa
La primera teoría indica que el cambio de nombre de un nuevo Papa se debe a un pasaje bíblico, donde se detalla que Jesús le cambió el nombre a Simón.
La otra teoría señala que dos Papas del siglo VI y X, optaron por cambiar su nombre al tener nombres de dioses paganos.
Sin embargo, tradicionalmente, los Papas mantenían su nombre de bautismo. A partir de la elección de Bruno Carintia, quien renunció a su nombre tras ser elegido Papa, utilizó Gregorio V, desde entonces, los Papas cambian su nombre al inicio de su pontificado.
Esto deja un total de 81 Papas que han adoptado un diferente nombre para gobernar la Iglesia católica. Juan es el nombre más popular, seguido de Gregorio, Benedicto, Clemente e Inocencio.
¿Cómo se realiza el cambio de nombre?
Dentro de la Capilla Sixtina, una vez elegido el cardenal que tomará la posición de Papa, el Colegio Cardenalicio pregunta: "Quo nomine vis vocari?", “¿cómo quieres ser llamado?”.
El cardenal que sale como Papa, desvela su nuevo nombre durante su Pontificado. El número romano que llevará seguido de su nuevo nombre corresponde al número de veces que ese nombre ha sido utilizado.
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