El reciente asesinato en Coatepec Harinas de 13 policías ministeriales y de la Secretaría de Seguridad del Estado de México, desnuda el poder que mantiene el grupo criminal asentado en ese punto de la zona sur, uno de las más disputados por el narco, debido a que hace frontera con estados como Michoacán, Guerrero y Morelos, -cuyas vías de comunicación sirven para el trasiego de marihuana y cocaína-, así como la doble moral en la estrategia de combate a los cinco cárteles “grandes” con presencia en suelo mexiquense.
Autoridades de los tres niveles se hacen de la vista gorda ante la presencia de esas organizaciones en demarcaciones productoras de mota, como Luvianos, pero envían a la región policías para “combatirlos”. Imposible abatir el crimen con más crimen, como los que atribuyen sureños a elementos ministeriales y de la estatal; siniestro dejar que en rincones como Caja de Agua, en Luvianos, o Santana Zicatecoyan, en Tlatlaya, grupos criminales siembren terror y al mismo tiempo, “perseguir” el trasiego, que a la postre es el gran negocio de elementos corruptos.
Deleznable la emboscada a los servidores públicos, ojalá se haga justicia como adelantó el gobernador Alfredo Del Mazo, pero más, no abandonar a la gente a merced de las extorsiones y abusos cometidos por ambas partes; por algo la ministerial y estatal son aborrecidas en sitios como Tejupilco, Almoloya de Alquisiras, Tlatlaya y Luvianos, donde solo por mencionar algo, implementan filtros para exprimir a comerciantes.
En Edomex destaca la presencia de al menos cinco organizaciones “grandes” en el sur. La zona de Coatepec Harinas es un punto de tránsito y distribución de enervantes; colinda con municipios como Temascaltepec, Texcaltitlán y Almoloya de Alquisiras, así como Ixtapan de la Sal, Zacualpan y Villa Guerrero, donde en la última década han aumentado los grupos delictivos. Desde 2011 Coatepec padece del mismo mal que municipios de tierra caliente; existe siembra de marihuana oculta entre zonas boscosas o en invernaderos camuflados con la supuesta producción plantas de ornato y árboles frutales. El gabinete de Seguridad reporta, además, que en 2015 comenzó la identificación y descubrimiento de sembradíos, aparentemente experimentales, de cultivo de amapola.
En el sur del Edomex tiene presencia el cártel de Sinaloa, el cual supuestamente se dividió y ha surgido la célula autodenominada Cártel Nuevo Imperio; células del cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) asociados a células de Guerreros Unidos con presencia en Taxco e Iguala, Guerrero, cerca de Ixtapan de la Sal.
A su vez, la Familia Michoacana lo hizo con células que se dividieron del cártel de Los Caballeros Templarios o de la llamada Nueva Empresa, que tienen origen en Michoacán y que ahora sostienen una disputa abierta con el CJNG. Y, finalmente, los Rojos, que operan tanto en Guerrero como en Morelos.
Ana Lilia García Castelán