Hace una semana planteamos ¿por qué el gobierno de México reaccionó como fiera a la iniciativa estadounidense de gravar las remesas que salen de su país? ¿Será por no debilitar la economía, por una postura populista o por respaldar a sus aliados?
Por ninguna otra medida económica ni migratoria la presidenta Sheinbaum se había puesto tan activa al grado de mandar una comisión legislativa y diplomática a cabildear allá.
Los aranceles impuestos semanas atrás pegan más a la economía mexicana, pues le afectan a miles de industrias y familias, pero pareciera que el tema remesas es muy, pero muy sensible para alguien en la 4T.
Económicamente las remesas que llegan a México representan desde hace años la primera fuente de divisas superando a la venta de hidrocarburos y en 2024 su monto récord de 64 mil 745 millones de dólares equivale al 3.7% de todo lo que se produce en nuestro país (del PIB, pues).
Importante considerar que no todas las remesas vienen de EU, pero sí la inmensa mayoría: el 96.6% según el Banco de México, unos 62,529 millones de dólares el año pasado.
Si el Senado de EU aprueba el impuesto del 3.5% a las remesas no todos los migrantes se verían afectados, porque no aplicará para quienes cuenten con la ciudadanía estadounidense.
Así, de los aproximadamente 12 millones de mexicanos radicados en EU solo 4.1 millones no son ciudadanos y tienen otro estatus migratorio, ellos serían los directamente afectados, es decir, un tercio de los paisanos, así que la medida no pareciera ser tan descomunal para desatar la histeria que vemos.
¿Quiénes sí serán los más afectados? Pues los “mayoristas de remesas”, aquellas organizaciones o entidades formales o informales que reciben una gran cantidad de envíos desde Estados Unidos, porque sus grandes volúmenes de operaciones y de montos sí tendrían que pagar millones de dólares por este nuevo impuesto.
Lo previsible es que este impuesto encarezca y dificulte el envío de estas remesas grises, lo que podría desatar presiones (extorsiones) a migrantes con ciudadanía para que envíen sin pagar el impuesto o aumentar las operaciones ilegales, físicas o financieras, para introducir dinero no declarado a México.
Ojo, fronteras y aduanas.