La semana previa a la elección comentaba en estas mismas líneas que no habría por qué esperar sobresaltos en los mercados tras la elección presidencial, pues desde entonces se daba ya por un hecho que, tal como ocurrió, la victoria sería para la ahora presidenta electa, Claudia Sheinbaum. Los mercados no esperaban, sin embargo, que ese triunfo viniera acompañado de un respaldo tan contundente como para darle una mayoría prácticamente calificada.
Esto último cambió la perspectiva del mercado, pues abrió la posibilidad de que la nueva legislatura avance, con una celeridad inesperada, algunas reformas constitucionales que la presidenta electa comprometió en su plataforma y que, a ojos de cierto público inversionista, podrían impactar el entorno de inversión en el país. La reacción, o más bien sobrerreacción, fue inmediata. Tanto el tipo de cambio como los principales índices bursátiles y tasas de interés manifestaron deterioros desde las primeras horas del lunes 3 de junio. Este comportamiento se acentuó hacia finales de la semana pasada y principios de ésta, tras confirmarse la intención de la presidenta electa de avanzar algunas de las reformas tan pronto como en septiembre.
Dicho lo anterior, vale la pena poner en perspectiva tanto el contexto general sobre el cual se da esta volatilidad financiera, como la matriz de decisiones que tiene ante sí el nuevo gobierno para evitar alarmas y exageraciones innecesarias.
En lo que toca al entorno económico, muestra hoy una clara fortaleza. Los principales indicadores de la demanda agregada, consumo, inversión y exportaciones manifiestan en general comportamientos favorables. En el caso del consumo privado, a inicios de este año se alcanzó un máximo histórico (el índice llegó a 113 puntos), hilando varios meses consecutivos de cifras sin precedente. Por su parte, la inversión extranjera directa ha visto también máximos históricos recientes, registrando 20 mil 312 millones de dólares en el primer trimestre de este año. Finalmente, el sector exportador observó un crecimiento de 11.4 por ciento a abril de este año.
Respecto a la matriz de decisiones, está claro que la misma está necesariamente determinada por la plataforma con la que la presidenta electa obtuvo el triunfo el pasado 2 de junio. Resulta contradictorio sorprenderse de que la candidata ganadora busque convertir en política pública sus propuestas de campaña. Es importante, sin embargo, notar que su ánimo al respecto no ha sido el de imposición de la nueva mayoría, sino el del diálogo, como lo manifestó desde su primera conferencia de prensa.
Sin duda alguna, de las reformas, en particular la referente al poder judicial, generará una volatilidad en los mercados que difícilmente podrá evitarse con la mera oferta de diálogo, pues la aversión al riesgo es una característica intrínseca de la lógica inversionista. Esta condición, sin embargo, no puede ser un obstáculo para que el nuevo gobierno avance el programa que comprometió con su electorado.
Lo que toca, en todo caso, es justo lo que la presidenta electa ha decidido hacer: hablar claro en cuanto a tiempos y prioridades de las reformas, así como abrir el diálogo previo a su implementación. Esto permitirá que, en primer lugar, se conozcan de fondo sus enfoques y alcances y, en segundo lugar, se dé la oportunidad, en su caso, de perfeccionarlas. En la medida en que se sostengan la fortaleza económica y la disciplina fiscal, y el proceso de reformas avance por los canales democráticos que la presidenta electa Sheinbaum ha planteado, los mercados volverán a su curso normal, pues nada hay más relevante para un entorno proclive a la inversión que la certidumbre jurídica y la garantía de imperio de la ley.
Alfa positivo. Un factor que contribuirá a la expansión del consumo en la siguiente istración es el crecimiento de las industrias exportadoras, como ha estado sucediendo en el presente: en el primer cuatrimestre del año, las ventas de autopartes mexicanas a Estados Unidos crecieron 9.2 por ciento en términos anuales, rompiendo un récord al ubicarse en 28 mil 373 millones de dólares.