El pasado viernes 14 de febrero a las 19:01 hrs., el presidente de Argentina, Javier Milei, publicó en su cuenta de Twitter (ahora “X”), una invitación abierta para invertir en un emprendimiento: el tóken de criptomonedas $Libra (en alusión al famoso “viva la libertad” de Milei). El vínculo en su publicación incluso ponía, a disposición de quien lo abriera, el contrato para invertir.
Tras el tuit de Milei, el valor del tóken se disparó de 0.3129 en su apertura a 4.7 dólares en cuestión de minutos, alcanzando una capitalización millonaria. Pero apenas cinco horas después, a las 00:38, Milei borró su publicación. Para entonces, los socios del emprendimiento y sus cercanos habían vendido su tenencia. Con ello recaudaron alrededor de 90 millones de dólares de los seguidores incautos del “León”, (como Milei se autoproclama) y desplomaron el valor de $Libra en más de 90 por ciento, hasta 0.19 dólares. Miles de inversionistas vieron evaporarse sus recursos que, en algunos casos, representaban una gran proporción de sus ahorros.
Conforme se conoce más información sobre el evento, la indignación pública crece. En el mejor de los casos, la participación del presidente en el esquema fue muestra de una enorme irresponsabilidad, y en el peor, parte de una estafa metódicamente orquestada.
En primer lugar, los tiempos. El tuit de Milei fue publicado por él mismo y luego fijado en su perfil, tan solo tres minutos después de que el tóken estuviera en línea. Esto sugiere que no es que el presidente descubrió espontáneamente que había una interesante alternativa de inversión a disposición del público, sino que estaba en o con quienes la istraban al grado de saber en qué momento promocionarla.
En segundo lugar, una investigación del diario argentino La Nación concluye que, con el apoyo de su hermana Karina, quien funge como secretaria general de la presidencia, Milei tuvo reuniones previas con tres personas que fueron clave en esta operación: Hayden Mark Davis, cuya empresa, Kelsen Ventures, estuvo detrás del lanzamiento de la criptomoneda; Julian Peh, dueño de KIP Protocol, el creador de $Libra, pero que además tiene su propia criptomoneda, la cual por cierto había sido impulsada por un retuit del presidente argentino en 2024, para una ganancia de 20 por ciento. Por otra parte, Mauricio Novelli, quien conoce a Milei desde hace años, fue el nexo con KIP Protocol, y también es dueño del activo virtual NFT Vulcano, el cual Milei recomendó en febrero de 2022, pero que colapsó en dos semanas. Es decir, Karina facilitó en múltiples ocasiones el ingreso de Novelli y Davis a la Casa Rosada, así como otras reuniones en diversos sitios.
Además de las grandes pérdidas para los inversionistas en $Libra, el escándalo afectó rápidamente al mercado financiero argentino. En las primeras horas de operación del lunes, el índice accionario S&P Merval bajó 5.58 por ciento, y los distintos bonos soberanos de aquel país cayeron entre 3.07 y 6.3 por ciento. Habrá que ver cuál será el perjuicio final causado a la confianza en el sistema financiero argentino.
En el control de daños, después de borrar el tuit original, Milei publicó otro más tarde, explicando que en realidad no conocía el emprendimiento, solo le daba difusión por ser algo novedoso y digno de atención. Posteriormente, un nervioso Milei concedió una entrevista a Jonatan Viale, en la cual, por un bochornoso error de edición del canal TN, dejó en claro que la entrevista era con preguntas pactadas y que las confusas explicaciones del presidente lo podían meter en un “quilombo” judicial.
El daño financiero provocado por $Libra no será reparado a quienes perdieron sus ahorros y es muestra de al menos dos cosas: que las posturas libertarias extremas en finanzas son campo fértil para estafadores y que la confianza en productos milagro, trátese de presidentes o de criptomonedas, puede traer consigo funestas consecuencias.
Alfa positivo. De acuerdo con la Consar, las plusvalías de las Afores alcanzaron 171 mil 919 millones de pesos en enero, la cifra más alta para un solo mes desde septiembre pasado.