Un tema del que no se habla mucho, es que tanto ha impactado la tecnología, el proceso de educación y capacitación de la sociedad.
En los últimos diez años, la tecnología ha cambiado profundamente la forma en que las personas pueden aprender.
Antes, acceder a una educación superior de calidad era algo reservado para quienes podían pagar una universidad o vivir cerca de una.
Hoy, eso ha cambiado: cualquier persona con una conexión a internet puede estudiar temas avanzados, capacitarse profesionalmente y mejorar sus oportunidades, sin importar dónde viva o cuánto dinero tenga.
Plataformas como Coursera, edX o Khan Academy ofrecen cursos gratuitos o de bajo costo creados por universidades reconocidas en todo el mundo, como Harvard, el MIT o la UNAM.
Allí se puede aprender desde matemáticas hasta programación, medicina, arte o idiomas.
Esto ha abierto las puertas del conocimiento a millones de personas que, de otra forma, nunca habrían tenido a este tipo de formación.
Además, otras plataformas como Udemy, Duolingo o LinkedIn Learning permiten aprender habilidades prácticas para el trabajo, como diseño gráfico, edición de video, marketing digital o finanzas personales.
Muchas veces, estos cursos son más flexibles que una educación tradicional y están pensados para adaptarse al ritmo y a la realidad de cada persona.
Y ahora, con la llegada de la inteligencia artificial (IA), las posibilidades de aprender han aumentado todavía más, Herramientas como ChatGPT pueden ayudar a resolver dudas, explicar conceptos difíciles, practicar idiomas o incluso crear un plan de estudio personalizado.
Esto permite que cada estudiante reciba atención y apoyo, algo que antes solo se podía tener con un profesor particular.
Por supuesto, todavía hay desafíos: no todas las personas tienen a una buena conexión a internet, y no todos los cursos disponibles en línea tienen la misma calidad. Sin embargo, el avance es enorme.
Hoy más que nunca, el aprendizaje está al alcance de quien lo necesite, sin importar su edad, nivel de estudios, trabajo o lugar de origen.
En resumen, la tecnología ha hecho posible que la educación de alto nivel ya no sea un privilegio, sino un derecho accesible. Y con el apoyo de la inteligencia artificial, el futuro del aprendizaje promete ser aún más inclusivo, práctico y adaptado a las necesidades reales de las personas.
