En el marco del aniversario de la Constitución de 1917, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció el envío de dos iniciativas de reforma constitucional en materia electoral consistentes en la no reelección para los cargos de elección popular, así como la imposibilidad de que un familiar directo de quien ocupa un puesto pueda presentarse a la elección de dicho cargo.
Lo que se conoce como reelección no es precisamente tal. Esa figura generó siempre resistencias ancladas tan profundo como la memoria con la que desde niños recitábamos la máxima de Madero: “Sufragio efectivo. No reelección”. Que decíamos de corridito como si estuvieran vinculadas. De esta suerte, la reforma que permitió que una persona que ocupa un cargo pudiera presentarse de nueva cuenta a él se dibujó no tanto en el sentido de darle ese derecho al funcionario en cuestión, sino de ampliar la cantera de la que los partidos políticos podían servirse para nombrar candidaturas. Se trata más bien de una “no inhabilitación” para presentarse al cargo. Pero depende del partido político decidir si postula o no a esa persona.
Pero aun bajo esta modalidad, la reelección trae aparejadas consecuencias institucionales y electorales que se vieron en su momento como rasgos positivos y que deberíamos de analizar para garantizar no echar abajo cosas que pudieran ser benéficas. De entrada se puede suponer que quien tiene la posibilidad de presentarse a reelección estará más motivado a realizar un buen trabajo ante la posibilidad de verse de nuevo cara a cara con el mismo electorado. Vinculado a ello está el hecho de que las reelecciones se ganan con buen gobierno, más que con simples propuestas.
Sin embargo, está también la posibilidad de apalancarse indebidamente en los recursos públicos para sacar adelante la elección y, gozando de estos beneficios desiguales, mantenerse en el poder, generando, además de corrupción, inmovilismo en los liderazgos. Sería interesante que se debata en el Congreso, en el que, por cierto, habrá quienes sin importar el partido estén interesados en reelegirse.