Política

Mi evaluación de candidatos a ministros (boleta morada)

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La semana pasada publiqué mi evaluación de las candidatas a ministras de la Suprema Corte. Esta semana, según lo prometido, les presento la evaluación de los candidatos hombres.

Mi evaluación otorga el puntaje más alto a los candidatos que tienen visiones “progresistas”, es decir, a quienes buscan interpretar la ley con un enfoque orientado a la justicia social. También se premia la experiencia, la viabilidad de sus propuestas y su búsqueda de independencia.

Los resultados los pueden conocer en mi página www.viririos.com dentro de la sección “Elección judicial”. En lo personal, votaré por candidatos progresistas por las razones que  escribí la semana pasada.

Uno de los aspectos más interesantes de este ejercicio es descubrir que los candidatos hombres son notablemente menos progresistas que las candidatas. En mi investigación encontré cuatro candidatas altamente progresistas, mientras que, entre los candidatos hombres, solo pude encontrar a dos.

En sus campañas, las candidatas suelen enfatizar con mayor claridad su compromiso con la justicia social, dando ejemplos de sus valores y trayectoria relevante. En cambio, los hombres rara vez tocan el tema.

A diferencia de las mujeres, que suelen tener carreras en el ámbito público o judicial, muchos hombres vienen de la práctica legal privada. Tienen despachos legales propios con los que han defendido y cabildeado iniciativas de grupos de interés y empresas. Sus compromisos parecen mayores.

Así, mientras que con las mujeres me pareció relativamente fácil encontrar por quién votar. Entre los hombres, la decisión fue complicada. Con la información que tengo hasta ahora, considero que mi voto en la boleta morada irá a los candidatos 40, 38, 55 y 57.

Hay algo más que llama la atención: Los candidatos hombres más progresistas fueron aquellos postulados por el Poder Ejecutivo, seguidos de los postulados por el poder judicial. Los candidatos del Poder Judicial no son los más progresistas, pero sí suelen ser los que tienen más credenciales formales y experiencia.

El Poder Legislativo realmente hizo un mal trabajo. Tiene muy pocos candidatos rescatables y, según mi análisis, fue el poder que peor trabajo hizo encontrando candidatos progresistas y bien capacitados. Hay excepciones, pero en general es notable la diferencia con respecto a los candidatos de otros poderes.

Conocer la ideología y visión de los candidatos es tan o más importante que conocer sus credenciales. Esto se debe a que el trabajo de un ministro no es solo técnico. Es, ante todo, político porque interpretar la Constitución implica tomar decisiones ideológicas.

No existe una única forma “correcta” de interpretar la ley. La realidad es que cada ministro valida la interpretación que más se alinea con su visión. Y en esas decisiones se definen asuntos clave: desde la extensión de los derechos laborales hasta el margen que tiene el Estado para regular mercados o recaudar impuestos.

La esencia misma del Estado se define con frecuencia en los tribunales. Y esa definición, lejos de ser neutral, es profundamente política.

Lo contenido en este texto es publicado por su autora en su carácter exclusivo como profesionista independiente y no refleja las opiniones, políticas o posiciones de otros cargos que desempeña.


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Viri Ríos
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  • Política pública con datos. Autora de @NoEsNormalLibro. Podcast #PoliticaYOtrosDatos. Enseño en @HarvardSummer. Harvard Ph.D. / Escribe todos los lunes su columna No es normal
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