El nombre de Paola Andrea se escribe en la lista de mujeres que han sido víctimas de feminicidio en este país. La joven de 23 años, desaparecida desde la madrugada del pasado domingo, fue encontrada ayer sin vida.
El conductor del vehículo de plataforma que abordó para irse a casa, tras salir con primas y amigas, es el principal sospechoso, y horas después de confirmarse la muerte de la estudiante de Psicología en Mexicali, Baja California, se entregó a las autoridades; no sin antes señalar a otros dos hombres como responsables del asesinato.
Una noche de fiesta terminó en tragedia para Paola Andrea, que después de ser violentada es revictimizada por la fiscal de ese estado, María Elena Andrade, quien tras dar a conocer el hallazgo del cuerpo lanzó un consejo: “Que las jovencitas no viajen solas por cualquier motivo o cualquier salida, aunque sean vehículos de plataforma…”
La declaración de la funcionaria señala a las mujeres como las principales culpables de ser objeto de violencia, y resta su responsabilidad en garantizar la seguridad de la ciudadanía. Apunta a las víctimas, en vez de poner el reflector en los hombres que agreden y en la alarmante impunidad en la que prevalecen los feminicidios, pues más de la mitad de los casos se quedan esperando justicia.
Paola Andrea fue asesinada después de una noche de fiesta; Camila, de ocho años, en un día de alberca con su amiga y vecina; Karla Guadalupe, de 15 años, saliendo de la secundaria acompañada de un primo, su presunto victimario; Eva Liliana, de 35, mientras trabajaba en una tienda departamental; Ana María, de 18, en su propia casa. Al final, no importa ni el lugar ni la hora, sino las vidas perdidas a manos de la violencia machista y el Estado que lo permite y lo justifica.
Seguimos clamando “ni una más”, pero la lista crece todos los días. Como sociedad y gobierno, tenemos que reconocer la crisis de feminicidios por la que atravesamos y hacer nuestra parte, erradicar discursos machistas, reeducar en masculinidades y exigir justicia por las víctimas, hasta que dejemos de sumar nombres.
