Los informes sobre el futuro del trabajo apuntan no solo a un mercado laboral en el que las habilidades tecnológicas serán muy valoradas sino que el pensamiento crítico y la capacidad de resolver conflictos serán fundamentales. En un futuro cercano marcado por la Inteligencia Artificial, la digitalización de la economía, el análisis de los datos y las tecnologías aplicadas a buscar soluciones ambientales y energéticas, el pensamiento crítico es vital, transversal, necesario y urgente para enfrentar los grandes retos de la economía.
Según el Foro Económico Mundial, en los próximos cinco años habrá una elevada demanda de empleos para los especialistas en Inteligencia artificial, ciencia de datos, ciberseguridad, energías renovables, digitalización, desarrollo de software, entre otros. Y el dato preocupante es que seis de cada diez trabajadores no están capacitados para los nuevos puestos. Aquí es donde se nota la necesidad de habilidades blandas, como la capacidad de aprender, la flexibilidad, el pensamiento crítico y la resolución de conflictos.
El pensamiento crítico está fusionado con la capacidad de resolver problemas. Ambos son fundamentales para los empleos del futuro: tanto los especialistas en Inteligencia artificial, en ciencia de datos, en tecnologías para el desarrollo sustentable, los expertos en digitalización, en desarrollo de aplicaciones dependen en gran medida de la capacidad de pensar en forma crítica, de usar criterios para tomar las mejores soluciones para cada caso. El pensamiento crítico está detrás de la innovación, de las reinvenciones, de las formas de reconstruir las economías, de la posibilidad de crear, reinventar y ajustarse a empleos que respondan a nuevas demandas.
La carrera por la tecnología no debe convertirse en una ilusión del éxito. La rapidez por resolver conflictos mediante la inteligencia artificial o la facilidad para encontrar respuestas hacen que muchos confundan la rapidez con la efectividad y la información con el conocimiento. El pensamiento crítico no es responder rápido y con mucha información sino en forma reflexiva, analítica, sobre la base de criterios sólidos y pertinentes que ayuden a discernir mejor y a tomar mejores decisiones.
Uno de los grandes retos que debemos afrontar es el formar para el pensamiento crítico. Esto implica no solamente mejorar la calidad de la educación en todos los niveles sino asumir el compromiso de que se trata de formar generaciones para un mundo globalizado, complejo, lleno de urgencias sociales, económicas y ambientales. Y para enfrentar un mundo así hay que ser críticos, creativos, innovadores y con la capacidad del aprendizaje permanente y de la resolución estratégica de conflictos.
El futuro del trabajo está en la lectura, en el análisis crítico, en la ciencia, en la comprensión de los grandes fenómenos sociales y en la capacidad de innovar y reinventarse en tiempos de cambio. El futuro está en las personas, en su educación, en su forma crítica de decidir qué mundo quiere construir.
