Votar o no votar

El próximo domingo es la elección de Ministros, Magistrados y Jueces del Poder Judicial Federal y muchas personas me han preguntado por quién votar o cual será el sentido de mi voto, por ello en estas líneas me permito compartir algunas reflexiones al respecto, sin ánimo de influir en el electorado.

Lo primero que tengo que reprochar es que la gran mayoría de candidatos a los diferentes puestos no tienen carrera judicial y pretenden sustituir a personas que hicieron de forma de vida la carrera judicial, conozco muchos casos de funcionarios que iniciaron incluso de “meritorios” y hoy ocupan cargos de importancia ya sea como Ministros, Magistrados y Jueces, y la verdad a la gran mayoría de aspirantes y más a los propuestos por MorenaCo. les quedan muy grandes los zapatos que tienen que llenar.

Entender las nuevas reglas de impartición de justicia bajo la óptica del bloque de Constitucionalidad comprendiendo la transversalidad y protección de los Derechos Humanos tanto los contemplados por nuestra Carta Magna como aquellos contenidos en los Tratados Internacionales, conocer las reglas de interpretación de la norma, los exámenes de proporcionalidad, razonabilidad e interpretación conforme, no son recetas de cocina, o como piensa MALO no tiene ciencia perforar pozos petroleros, solo haces un hoyo en la tierra y liso, así dictarán sus sentencias.

Existen candidatos con una trayectoria impecable y varios de ellos actualmente empleados del mismo Poder Judicial o incluso del Tribunal Federal de Justicia istrativa, incluso algunos de ellos fueron alumnos destacados de las clases de Maestría que a lo largo de 23 años he impartido en varias Universidades, lo mejor sería que ellos llegaran a tan distinguidos cargos. Lamentablemente y ojalá me equivoque, la posibilidad de que ellos, o algunos jueces y magistrados federales que optaron por participar, es remota, hay que reconocerlo, si no son afines y leales a MorenaCo. es mínima la posibilidad que tienen. La gran mayoría de ciudadanos no conoce a los candidatos, ni para qué votar, el procedimiento de votación y el contenido de las boletas no lo entienden ni los del INE. La narrativa del gobierno totalmente engañosa se enfoco en culparlos de todos los males del país, cuando, por ejemplo, en materia penal, los responsables de las liberaciones de inculpados, se da por errores de los Ministerios Públicos y estos no fueron incluidos en una “reforma judicial”. El gran enemigo en su normativa, Norma Piña.

La verdad es que no enfrentamos un proceso verdaderamente democrático donde los ciudadanos podemos elegir realmente a quienes impartirán justicia en el futuro, enfrentamos una gran simulación, que se confirma con la reciente aparición de acordeones con indicaciones precisas de por quién votar en cada estado de la República, muy probablemente pagados con recursos de la Federación, lo cual es un grave delito electoral. Estamos encaminando al país a una ausencia de instituciones que, como fueron imaginadas por los grandes pensadores, buscaban contener el poder de una sola persona y lograr equilibrios mediante un autocontrol del poder gubernamental repartido entre los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

El grupo en el poder ya controla, el Ejecutivo y mediante argucias y prostitución del Tribunal Electoral, que les otorgo una mayoría artificial que no ganaron en las urnas, tienen mayoría absoluta en el Congreso de la Unión. Solo les faltaba el Poder Judicial, (Suprema Corte de Justicia de la Nación) y mediante este circo fraudulento lo controlaran. Solo quieren tu participación en las urnas para validarlo como democrático.

Como lo señalaron tanto el Ministro (casi en retiro) Laynez Potisek y el académico Diego Valadez, con el procedimiento de la próxima elección no hay posibilidad de ejercer un voto libre e informado, existe una gran posibilidad de que se alteren los resultados de la votación ya que no serán contados como eran las elecciones en nuestro país, por los mismos ciudadanos, que aberración que las boletas sobrantes no serán canceladas. En las casillas no habrá representantes de los Partidos políticos y menos de los candidatos y los votos serán contados en lo oscurito.

Por todo lo anterior yo no votaré, aunque se me tache de no ser democrático, no puedo ser parte de un circo dirigido a poner gente afín a un movimiento político o recomendados por el Crimen Organizado, hay en las boletas candidatos que no han acreditado ser abogados, cuando lo que necesitamos es un equilibrio republicano, con una verdadera división de poderes, ministros, magistrados y jueces que sean, en todo caso electos de entre los mejores y más capaces y no por lealtad o amistad. Tenemos el penoso caso de la ministra de vecindad Lenía Batres, cuyo paso por la SCJN ha sido nefasto, pero la nombró MALO bajo la norma de Morena, 99% de lealtad y 1% de capacidad. No imagino cuantas décadas llevará reconstruir las instituciones que en poco tiempo han destruido.

Tardó décadas en construirse el Poder Judicial de la Federación y solo un día destruirlo, primero de junio de 2025.


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Héctor A. Romero Fierro
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