Después de algún tiempo dedicado a mirarse el ombligo, el Junior tóxico de Claudio XXX González salió de nuevo a la palestra de Twitter para hacer un llamado a ¿qué creen?, pues a no votar. Así demuestra no solo su empaque político y su defensa por la apertura democrática, sino también su insoslayable deseo por confirmar que la derecha no solo piensa con el hígado, sino también con las patas.
La explicación de Krauze sobre el por qué no votará tiene los mismo guangos argumentos que Paty Chapoy o Tumel Chorres y que portan la misma sustancia dudosa con la que Claudio llamaba a votar por su fallidísima candidata, Xóchitl Gálvez. Digo, por lo menos le hubiera echado más ganitas ahora que junto con su grupúsculo es más irrelevante que nunca. Se le acabó la fuerza de su mano ultraderecha.
Algo que solo puede ser comparado con el melodrama bíblico que encabezó Enrique Krauze, donde prácticamente disfrazado como Charlton Heston en Los diez mandamientos o Enrique Rambal en El mártir del calvario, sentenció: “No votarás la prostitución de la democracia. No votarás la corrupción del voto. No votarás el fin de la justicia. No votarás la muerte de la República”. No se rían, solo le faltó decir al Nostradamus región 4: “No votarás con la mujer de tu prójimo”. Dicen por ahí que Maluma y Bad Bunny quieren hacer una rolita muy perreable con sus con tan séntidas palabras.
Ese es el tonito recurrente de los grandes intelectuales prianistas que están aquí para defender la democracia, pero no para ejercerla. El caso más encantador es Lord Montajes Loret que escribió: “Cambiamos hacia un modelo de dictadura generosa. Es una dictadura que no grita ni dispara. Sonríe, reparte dinero y tiene rostro de mujer”. Lo que viene siendo el terraplanismo ideológico. Como no conoce a Videla, Pinochet o Somoza cree que existe una “dictadura generosa”. A menos que su único referente sea la dictadura perfecta a la que nunca cuestionó. En una verdadera dictadura, mi Loret que se autoinmola y la oposición en su conjunto no podrían oponerse ni hablar de la falta de libertad de expresión en todos los canales, televisoras, radiodifusoras y portales tipo Ladillus que tienen a su disposición.
A ver, mi Charly, repite conmigo: exageré, exageré, exageré. Solo le ganan en la vocación por el ridi a los que siguen defendiendo a García Luna Productions como si fuera bueno, santo y puro.
Estos derechairos que quieren democratizar la antidemocracia son muy cotorros.
¡Todos a votar!
