Uno de los factores que más apariciones tiene en la salud emocional e incluso mental de las personas, es el miedo, que muchas veces suele minimizarse y no darle la debida importancia.
En algunas enfermedades mentales como las adicciones, la ansiedad, la depresión y muchas fobias, el miedo es un factor determinante que debe enfrentarse con la seriedad correspondiente.
Incluso este factor, el miedo, es dramatizado en historias de súper héroes como Batman, Rocky y muchos más, quienes toman su fuerza justamente de sus temores y heridas pasadas o los monstruos del sótano como les llama Sylvester Stallone.
Recientemente terminé la serie bíblica “La Casa de David” en la que vemos que el pequeño pastor que después sería rey de Israel logró vencer sus miedos con la confianza de ser respaldado por su gran Dios, a quien pasó adorando, alabando y escribiendo salmos.
En ese sentido, precisamente la biblia repite en 365 ocasiones la frase “no temas” o “no tengas miedo”, como un llamado directo de Dios a tener fe y a creer en sus planes.
Raquel Levinstein, neuropisocóloga con más de 30 libros publicados, amiga de los Alcohólicos Anónimos como ella misma se describe y estudiosa de las conductas humanas, tiene una frase que desde hace muchos años me cautivó, casi cuando comencé mi especialidad en adicciones: “enfrentar sin miedo el miedo”.
Sobre esta base, la autora de “Señor quítame lo bruto” y de “Vivir sin miedo”, entre otros, establece la propuesta de que al ser los miedos inevitables y algo intrínseco a las personas, la única forma de enfrentarlos es reconocerlos y, sin miedo, uno a uno irlos superando.
Evidentemente no es labor fácil y ha sido de los temas más recurrentes en la historia de los seres humanos que incluso los profetas bíblicos dedicaron muchas de sus enseñanzas.
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes porque yo soy tu Dios que te esfuerzo, siempre te ayudaré y siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”, dice el libro de Isaías versículo 41:10
Este fin de semana, dos personas cercanas y muy queridas me comentaron que en sus respectivos contextos les hablaron de este versículo como una llamada a la fe y a confiar en los planes superiores de Dios.
Superar el miedo es posible, aunque, como dice Levinstein, el primer paso sea reconocerlos y enfrentarlos sin miedo.