A propósito de la nota de Elvia García sobre las estadísticas de 40 delitos diarios contra personas de género femenino en Puebla, así como el caso que se ha difundido en redes sociales de un video que muestra una agresión de un hombre a una mujer, hago una respetuosa reflexión de la importancia de atender las causas, dentro de las que se encuentran muchas veces relaciones tóxicas que no fueron valoradas en su momento.
Sin pretender generalizar, en muchas ocasiones la violencia doméstica fue creciendo paulatinamente de ser una relación tóxica con violencia verbal y psicológica de por medio, para después pasar a las agresiones físicas y en algunos casos derivar en delitos mayores.
Es un tema de gran relevancia que debería ser analizado desde un enfoque multi-factorial, desde las causas que lo originan, la prevención y por supuesto las opciones que tienen las mujeres violentadas.
El video de la nutrióloga que valientemente hace una denuncia pública en redes sociales y que proyecta un video en el que presuntamente su ex pareja, un médico, la agrede físicamente y que circuló de manera orgánica en Puebla, es uno de esos casos que obliga a la reflexión colectiva.
En su mensaje, ella refiere haber sido amenazada de muerte, de recibir mensajes agresivos y de haber sufrido la sustracción de sus hijos de manera ilegal, solicitando ayuda urgente y protección al gobernador de Puebla, a la presidenta de la República y a la Fiscalía General del Estado.
En las relaciones tóxicas, en las que la celotipia (celos enfermizos) y el narcisismo-sumisión son de las causas principales, las parejas viven un círculo tóxico que desafortunadamente no se atiende hasta que llega a consecuencias extremas, pese a los indicios de que las agresiones pudieran ir aumentando, como se da cuenta de ello en los consultorios donde se trata la codependencia y las adicciones.
Sin revictimizar a las mujeres que sufren violencia, sino más bien para hacer consciencia como sociedad de lo delicado de las relaciones disfuncionales donde hay violencia, estas deben ser denunciadas y atendidas desde el inicio, además de que las instituciones competentes deberían realizar campañas de difusión preventivas para evitar que esto siga repitiéndose de manera sistemática.