Es muy temprano para evaluar la economía tras la llegada de Donald Trump. El esfuerzo durante estos primeros 115 días ha sido brutal para concentrarse y aislar el ruido.
“La palabra que lo define es volatilidad”, me dijo Pedro Latapí, director general de HR Ratings, y “es temprano para hablar de un impacto económico”.
Las reglas del juego se mueven sin aviso y los datos responden; el ejemplo más obvio son los aranceles. A la llegada de Trump, las tarifas de importación eran en promedio de 5 por ciento. En el momento más álgido de las discusiones llegaron a 40 por ciento. El martes, tras el anuncio de que China y Estados Unidos reducirían temporalmente los aranceles, el promedio de las tarifas se estabilizó en 15 por ciento.
Otra palabra que entra y sale del vocabulario dependiendo las declaraciones del día es “recesión”. HR Ratings proyecta un crecimiento para México de 0.6 por ciento; no obstante, Pedro me contó que ese pronóstico parecía “muy hacia el alza” hace tan solo dos semanas y ahora parece atinado.
Es difícil anticipar e inevitable estar atentos a lo que puede impactar ese crecimiento: el contexto global, la dinámica interna de la economía mexicana, en particular la confianza del consumidor y la manufacturera, y el desempeño gubernamental en términos de recaudación y gasto público, me explicó Pedro.
En el consumo el comportamiento es mixto, y los dueños de pequeños negocios dicen que los clientes andan escépticos. El consumo en restaurantes en abril cayó, igual que el de gasolina, pero el de hoteles y el que hacemos online creció. Se ve una ralentización del gasto privado que hay que sumar a una desaceleración en la masa salarial.
La inflación ha escalado los últimos tres meses de forma consecutiva y la presidenta Claudia Sheimbaum renovó el acuerdo con los empresarios para mitigar el impacto en los precios en 24 productos básicos.
La llave de la inversión extranjera directa (IED) no está cerrada, hay reinversiones, y el Consejo de Empresas Globales indicó esta semana que las 61 compañías que la conforman invertirán hasta 20 mil millones de dólares en los siguientes tres años; además, a una mayoría les entusiasma el Plan México.
No hay que olvidar que durante la Convención Bancaria, James Robinson, premio Nobel de Economía en 2024, fue contundente al recordar que México tiene el peor desempeño fiscal de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) los últimos 25 años.
Aparece una tendencia, pero es difícil establecer un escenario certero con tanto ruido. Esto impide prestar atención y abstraerse. Necesitamos capacidad de concentración, tomar control de lo que sea posible, confiar en el resto de los jugadores y echarse para adelante.