I
La caída del techo en el Jet Set Club de Santo Domingo, República Dominicana, no ha sido bien dimensionado a nivel mundial. Baste decir que en ese centro nocturno murió el mismo número de personas que en las recientes inundaciones en Valencia, España: alrededor de 230.
Por supuesto que la tragedia del Jet Set sí fue un suceso que conmocionó a todos los habitantes de República Dominicana y del cual se sigue hablando en los medios de comunicación tradicionales de ese país y en redes sociales.
II
Hace medio siglo, en Santo Domingo, se construyó el cine El Portal que con el paso del tiempo se transformó en un restaurante y luego en el Jet Set Club. En 2023 hubo un incendio en sus instalaciones, se le dio una manita de gato y volvió la pachanga.
Desde su origen, la construcción del Jet Set no tenía columnas que estorbaran la visibilidad de los espectadores. Al techo se le habían agregado capas y más capas para resanarlo y en meses recientes se reportaron filtraciones de agua y caída de polvo sobre las mesas en plenos shows.
Pese a la evidente fragilidad del techo, ahí se colocaron pesados equipos de ventilación, transformadores de luz y tinacos de agua.
En ese recinto eran famosos los “Lunes bailables”, que incluían la presentación de reconocidos músicos de salsa, cumbia y merengue.
Para el lunes 7 de abril de 2025 estaba originalmente programado el acordeonista Krency García (El Prodigio y la Súper Banda), pero según él no agendó tal compromiso por un error de su propio equipo y fue sustituido por el merenguero Rubby Pérez, quien murió cantando en el escenario.
III
El pasado Viernes Santo hice una visita al Parque Bicentenario y me conmovió ver que, en la entrada, aún permanecían las veladoras y flores para honrar la memoria de los jóvenes fotógrafos que murieron ahí el sábado 5 de abril, golpeados por estructuras metálicas durante el festival Axe Ceremonia 2025. Sus nombres: Miguel Ángel Rojas Hernández y Citlali Berenice Giles Rivera; él de 26 años y ella de 28, quienes trabajaban sin goce de sueldo para el portal Mr. Indie.
En dicho festival hay cabida para diversos géneros musicales en distintos escenarios y de manera simultánea: desde los corridos tumbados de Natanael Cano al proyecto solista de Meme del Real (Café Tacvba), del k-pop de Tomorrow X Together a DJs de varios colores y sabores, entre muchas otras opciones.
Aproximadamente a las 17:30 horas de ese sábado, se produjo el accidente en el Parque Bicentenario y toda la programación continuó como si nada hasta más allá de la medianoche. Incluso, se agregó un performance que no estaba anunciado: elementos de la Policía Bancaria tapando el lugar del siniestro con tablas, al mismo tiempo que prohibían videograbar lo que ahí sucedía. El reportero Ulises Castañeda, de La Crónica de hoy, fue sacado con violencia de las instalaciones por cometer el “delito” de tomar fotografías con su celular.
Fue tal el escándalo por el fatal accidente que debió cancelarse todo el programa… del día siguiente.
IV
Tan grave es la muerte de dos jóvenes en México como de 230 o más personas en República Dominicana. Fallecimientos que pudieron evitarse con mayor profesionalismo por parte de los organizadores y estricta supervisión oficial.
Se ha dicho que las estructuras metálicas de tijera, usadas en Axe Ceremonia como “puntos seguros de reunión”, no deben utilizarse en sitios donde se produzcan vientos fuertes, mucho menos cuando se les colocan anuncios en lo alto. Ese error de cálculo acabó con la vida de dos jóvenes y enlutó tanto a sus familias como a sus amigos y colegas.
En República Dominicana el luto se multiplicó para cientos y miles de deudos.
Tanto aquí como allá, la responsabilidad recae directamente sobre empresas que, hasta el momento de escribir estas líneas, reciben trato preferencial de la justicia. También en ambos países resulta ofensiva la forma en que distintos niveles de gobierno se echan la bolita en cuanto a fallas en la supervisión oficial de los espectáculos.
V
México perdió a dos jóvenes fotógrafos que amaban la música. La República Dominicana se quedó sin un cantante famoso, un saxofonista, dos ex peloteros de grandes ligas, un conocido diseñador de moda y cientos de personas más.
El cantante era Rubby Pérez, quien saltó a la fama al formar parte de la orquesta de Wilfrido Vargas. En esa agrupación, a Rubby le tocó interpretar y grabar el tema “El africano” (1983), un éxito que medio mundo reconoce cuando se le recuerda que la letra dice juguetonamente: “Mami, ¿qué será lo que quiere el negro?”.
Con el paso del tiempo, Rubby Pérez formó su propia orquesta y tuvo hits como “Volveré”, “Buscando tus besos”, “Enamorado de ella”, “Tú vas a volar”, entre otros. Alcanzaba notas tan agudas que fue apodado “La voz más alta del merengue”.
Otro músico que también murió en el escenario fue el saxofonista Luis Solís.
El fallecido pitcher relevista Octavio Dotel jugó nada más y nada menos que en 13 equipos de las ligas mayores de Estados Unidos y ganó la Serie Mundial de 2011 con los Cardenales de San Luis.
El bateador Tony Blanco no tuvo una carrera tan prolífica como la de Dotel, pero sí formó parte de los Nacionales de Washington en 2005 y luego jugó en Japón.
En el Jet Set también fallecieron Nelsy Cruz, gobernadora de la provincia dominicana de Monte Cristi, el modista Martín Polanco, meseros, cantineros, afanadores y decenas más de “ciudadanos de a pie”.
El caso de los dos fotógrafos que murieron en el Parque Bicentenario muy pronto caerá en el olvido de la opinión pública en México. Algo parecido sucederá dentro de algunos años en República Dominicana.
Únicamente en la memoria de quienes realmente amaban a los caídos perdurará su recuerdo y también, forzosamente, cuando se escuche por ahí a la voz más alta del merengue: “¡Volvereeeé!”.
AQ