A la industria tecnológica le gusta vivir, a momentos, en un torbellino de palabras o frases que alientan y buscan despertar interés en una tendencia tecnológica o apuesta innovadora. Fue así como: puntocom, social media, smart (agregue cualquier palabra), machine learning, transformación digital, Cloud Computing, crypto y muchas otras más pasaron de simples conceptos tecnológicos a palabras comunes en el vocabulario humano. En los últimos meses, una nueva palabra ha comenzado ese mismo proceso de integración social, al ser cada vez más común en titulares en medios de comunicación, películas o series de televisión, memes en internet y prácticamente cualquier conversación que hable del futuro de la tecnología: Metaverso.
Y si bien para nada se trata de una palabra nueva, pues ya en 1992 Neal Stephenson acuñaba el término en su novela de ciencia ficción Snow Crash, la realidad es que el o los Metaversos podrían representar una de las palabras más importantes de la última década, pues más que una nueva tecnología se trata de un concepto que engloba el futuro de la mayoría de las innovaciones de última generación como inteligencia artificial, blockchain, 5G, realidad virtual o mixta, o los tan sonados NFT.
Sin embargo, como toda nueva palabra en el universo tecnológico es importante analizar su alcance y definición real, su posible impacto o promesa económica y el significado que traerá a los hoy más de 4,950 millones de internautas (más lo que se sumen en la siguiente década) alrededor del mundo. Y quizá esa cifra es uno de los aspectos más importantes detrás del Metaverso, pues si bien hoy gran parte de su significado y ejemplos se encajonan a un universo virtual tridimensional al cual nos conectaremos a través de cascos o visores de VR, y en el cual interactuamos como si la vida se tratara de un videojuego o un escena de la película (libro) Ready Player One, lo cierto es que el Metaverso, como define el World Economic Forum, actuará como la siguiente plataforma computacional, en la que todas las actividades que hoy ejecutamos en el mundo digital seguirán existiendo, pero donde los conceptos “online y offline” serán mucho más difíciles de delinear gracias a la existencia de avances como la realidad mixta, las redes de nueva generación o la inteligencia artificial. Es decir, más que acceder a internet, nuestra huella digital continuará creciendo y continuaremos viviendo rodeados de una omnipresencia de actividades digitales. Así, nuestro universo físico estará constantemente alimentado por el mundo digital y nuestro espacio virtual estará conectado de forma permanente a nuestro entorno físico.
Ese enlace representa también el nacimiento de una nueva economía, un “internet del dinero”, como le dicen algunos, y que tiene un potencial económico hacia la siguiente década de entre 10 a 30 billones de dólares, pero que ya ha comenzado a despertar y que se espera que en 2025 detone una fuente de ingresos por arriba de los 800 mil millones de dólares al crear una disrupción absoluta en sectores como los videojuegos, el entretenimiento digital (video, cine y televisión) y los eventos en vivo, incluyendo los deportivos. Y aunque aún son “los primeros días”, como explicó Neal Mohan, director de Producto de YouTube, en su texto sobre las innovaciones en 2022, aún están por definirse los métodos y maneras en las que podremos experimentar el significado que la palabra Metaverso trae a la forma en la que consumimos videos, nos entretenemos o informamos, y lo cierto es que todos los expertos concuerdan que el beneficio para los s será una era en la que la más que ver contenido podremos “vivir” o ser parte de ese contenido o comunidades que tanto nos apasionan. Reiterando que todo esto no necesariamente quiere decir que estas experiencias tengan que suceder a través de visores de realidad virtual o aumentada.
Aún es necesario trabajar en la infraestructura, pensar en la seguridad y parte de las reglas para el futuro del Metaverso, donde tecnologías como 5G, Cloud Computing, IA, blockchain, los tan mencionados NFT, jugarán un papel central hacia la evolución de la Web 3.0. Por ello, aunque puede que se trate de una buzzword más del mundo tecnológico, su llegada y desarrollo crean una oportunidad de construir sobre un nuevo mundo, potencialmente ilimitado, que ya no estará definido por las barreras o límites de los espacios físicos o digitales.
Bruno Cícero, director de Estrategias de Video en Google México
