Como en “el león de melena negra”

Polo Polo contaba chistes muy buenos, pero para mí el mejor siempre fue el del “león de melena negra”. En los últimos meses vaya que me he acordado de este chiste.

Nuestra percepción de México suele ser bastante malita. De lo que nos enteramos es de la influencer ejecutada mientras grababa un TikTok. Que si las fosas comunes. Que si la reforma judicial. Que si la corrupción en los partidos está peor que nunca. Que si los narcos prefieren entregarse a las autoridades de Estados Unidos, en lugar de quedarse en el país. Que si el huachicol está fuera de control.

Sí, todo eso es una realidad de lo que pasa en este país. Todo esto son cosas que preferiríamos que no sucedieran, claro.

Algunos, sin embargo, ven más allá de esos problemas. A la hora de decidir en dónde quieren invertir, ven también que este país está mucho mejor que otros en varios indicadores muy importantes, y para ellos, esto es lo que cuenta. 

Y es que a veces se nos olvida que la competencia implica querer ganarle a un rival. Esto no excluye que queramos también ‘ganarnos a nosotros mismos’ y mejorar nuestros estándares porque tenemos ideales más altos. Buenísimo que sea así. 

Si nos vamos al mundo empresarial, y sobre todo pensando en empresas nuevas, es muy válido pensar que el primer objetivo sea conseguir clientes que paguen por tu producto. Salvo algunas excepciones, lo más probable es que para cuando tú llegues con tu nuevo producto, van a haber ya otros proveedores ofreciendo cosas similares. Entonces tu prioridad será que te elijan a ti, y para ello tu propuesta de valor tendrá que ser mejor que las de los demás: puede ser que sea así porque tu producto es más funcional para una parte de ese mercado, o porque cuesta menos, o porque tiene mejor marketing, o una combinación de todo esto. 

En el chiste de Polo Polo —que, por cierto, lo cuenta a lo largo de más de 12 minutos— él narra que los cazadores viajaron hasta el otro lado del mundo para buscar el trofeo más valioso de todos: el legendario “león de melena negra”. Después de una larga expedición por la selva, se lo encontraron.

“Ahí venían los dos cazadores, cuando de pronto, en un peñasco, ven al león de melena negra. Erguido. Majestuoso. Los dos se quedaron perplejos. De repente le dijo el de atrás al de adelante: ‘¿Juan, traes la mochila? Sí, sí la traigo. Pásame mis tenis’”.

“No seas payaso”, le contesta su compañero. “¿A poco crees que con los tenis vas a correr más rápido que el león? ¿Estás idiota?”

“No”, le responde el primero. “Más rápido que el león no, pero que tú, sí”.

En el mundo ideal, ese cazador a lo mejor quiere ser el corredor más rápido del mundo. Pero, por lo pronto, lo que le urge es correr más rápido que su compañero. 

Yo quiero que mi empresa sea la mejor y que todos mis productos estén perfectos. Hacia allá voy a trabajar todos los días. Pero, por lo pronto —y en el corto plazo—, tengo que estar seguro que mi propuesta de valor sea mejor que las demás que hay en el mercado. 

¿Queremos que México sea el mejor país del mundo? Sí. Y también queremos que no tenga esos problemas que hoy enfrentamos. Pero, por lo pronto —y en el corto plazo—, tenemos que trabajar en aquello que fortalezca nuestra capacidad para atraer a las mejores empresas y a los mejores emprendedores que busquen desde dónde competir. Intentar que cuando alguien tenga que tomar una decisión de inversión encuentre en México no una propuesta de valor perfecta —pero sí mejor que la de los rivales.


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René Lankenau
  • René Lankenau
  • Fundador de Whitepaper
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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