Política

¿Por qué el futbol no es un negocio tan grande?

En este país no hay nada que despierte tantas pasiones como el futbol. Es, sin duda, el deporte con más seguidores en México, con una base de fanáticos que supera 80 millones de personas. Hay clásicos que paralizan al país, finales que generan ratings altísimos y una conversación constante en medios, redes y sobremesas. Sin embargo, en términos de negocio, el futbol mexicano es sorprendentemente pequeño.

Incluso los clubes más populares de la Liga MX operan como organizaciones medianas, con ingresos bajos comparados con su alcance e influencia cultural. Cuando se analizan los datos de manera objetiva, lo que aparece es una industria que parece no haber podido convertir la pasión de sus aficionados en un modelo financiero verdaderamente robusto.

Un ejemplo concreto es lo que reporta Ollamani, la empresa que se escindió de Televisa y que es dueña del América. En el primer trimestre, su división de futbol generó ingresos de 700 millones de pesos. Es mucho dinero, sí. Pero es más o menos lo que venden 250 Oxxos en un trimestre. O tres meses de ventas de Suerox. Ojo: se supone que las Águilas son el equipo con más seguidores en este país. 

El caso mexicano es aún más llamativo considerando que el país tiene todo lo que se necesita para desarrollar una industria deportiva mucho más grande: una población numerosa, un amor por el futbol muy arraigado y una geografía que permite desplazamientos relativamente fáciles entre ciudades. Pero ni la estructura de la Liga MX ni los incentivos que dominan entre los dueños han favorecido la profesionalización del negocio.

El año pasado trascendió una posible inversión por parte de un fondo de private equity estadunidense. La idea era que el fondo invertiría cientos de millones de dólares a cambio de una participación en los ingresos comerciales centralizados de la liga: un modelo parecido al que han utilizado ligas como LaLiga de España o la Serie A en Italia.

El acuerdo, sin embargo, no prosperó. Algunos dueños se opusieron a la pérdida de control sobre ciertas decisiones, otros simplemente no tenían el interés de transparentar sus finanzas o de subirse a un modelo más exigente. Así, el futbol mexicano sigue siendo un conjunto de clubes operando de forma autónoma, con ingresos muy limitados por derechos de televisión y patrocinios.

Hay que reconocer que la Liga MX ha logrado, a lo largo del tiempo, ciertos contratos importantes, sobre todo en Estados Unidos. El acuerdo con TelevisaUnivision, por ejemplo, le ha permitido a varios clubes generar ingresos en dólares por partidos transmitidos allá. Pero esos ingresos son desiguales y dependen más del atractivo de ciertos equipos, que de una estrategia conjunta como liga.

Mientras tanto, en otros países, el deporte profesional se ha sofisticado enormemente. La NBA tiene equipos que son plataformas de contenido, de comercio electrónico y de entretenimiento en vivo. El futbol americano colegial en Estados Unidos genera más ingresos que toda la Liga MX junta. Incluso en Sudamérica, clubes como Flamengo o River Plate han comenzado a implementar estructuras más cercanas a las de clubes europeos.

El futbol en México, por el contrario, parece seguir operando bajo una lógica de corto plazo, donde el interés deportivo y la rentabilidad están muchas veces subordinados a otros objetivos. Mientras eso no cambie, seguiremos teniendo una industria con mucha audiencia... y muy poco negocio.


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René Lankenau
  • René Lankenau
  • Fundador de Whitepaper
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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