A 15 días de que tomó posesión como comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), Sergio Salomón Céspedes Peregrina tendrá un quehacer arduo, honorable y profundo al frente de esa instancia si en realidad pretende erradicar la corrupción que ha sido el modus operandi de los agentes que pertenecen a esa corporación.
Y es que desde tiempos inmemoriales y más recientemente en la istración del obradorista Francisco Garduño Yáñez, -que fue renunciado cuando tomó posesión Claudia Sheinbaum- esa institución se “nutrió” de elementos que, sin escrúpulos, vejaron, violentaron y asaltaron a cientos de extranjeros que llegaron a México por diversos aeropuertos.
Al interior de esa institución solo han existido complicidades por las desatinadas y malas istraciones de los directores que ocuparon el cargo.
Garduño Yáñez no fue la excepción y dejó una estela de corrupción por la que incluso tiene girada una orden de aprehensión por los hechos delictivos cometidos durante su ejercicio.
Habré de citar que, entre los delitos cometidos por el otrora ex comisionado, el juez federal Víctor Manlio Hernández Calderón lo vinculó a proceso penal por el delito de ejercicio indebido del servicio público, tras el incendio ocurrido en el Centro Temporal de Detención del instituto en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde fallecieron 40 personas y más de 20 resultaron heridas.
Por su negligencia y falta de lealtad al INM, la autoridad determinó que se encontraron elementos para que Garduño Yáñez fuera juzgado como probable responsable de omisiones respecto a la seguridad de los migrantes recluidos en la sede de la instancia en Ciudad Juárez.
Entre otros agravantes de hechos que faltan de citar, existió la falta de agua potable, alimentos y ausencia de salidas de emergencia, así como protocolos de protección civil en la instalación señalada.
Garduño permitió las prácticas de corrupción que se convirtieron en el común denominador en todas las terminales aéreas internacionales, y en donde los agentes designados por el INM, hicieron de las suyas, no obstante que existen diversas denuncias penales en contra de los representantes de la autoridad migratoria mexicana.
Otro ejemplo viviente con decenas de denuncias penales presentadas en la Fiscalía General de la República: en el aeropuerto de Cancún, los entonces agentes protegidos de Garduño Yáñez se dedicaron a secuestrar dentro de la propia terminal a los extranjeros que arribaban.
Que le pregunten a decenas de colombianos, venezolanos, uruguayos y argentinos, entre otros, cómo fueron víctimas de extorsión, de privación ilegal de la libertad por el equipo de bandidos disfrazados de agentes del INM y avalados por el gobierno mexicano. De lo aquí asentado existen copias de carpetas abiertas por extorsión, privación ilegal de la libertad y otras agravantes más.
Menudo trabajo deberá redoblar el ex gobernador interino de Puebla, Céspedes Peregrina, si en verdad reitera su loable labor reconocida en la entidad camotera, que en dos años metió al orden a miles de resentidos que dejó la istración del ex gobernador Miguel Barbosa.
